miércoles, 27 de noviembre de 2013

Deporte es vida?

Todo los que me conoceis, sabéis que no concibo la vida sin deporte, es un pilar vital en mí y muy mal debo estar para no practicar ejercicio casi a diario, sin embargo hay momentos en los que piensas si realmente el deporte es sano, dónde esta el umbral del esfuerzo, el ejercicio, del deporte saludable y el peligro ante una lesión, tu integridad o tu vida.

Según estaba volviendo hace unas semanas de San Sebastián esta reflexión ocupo mi mente, estaba exultante tras disfrutar del deporte como hacía mucho tiempo no lo había hecho, cuando me enteré que una atleta había fallecido en la Behobia. Desde ese día le estoy dando vueltas a estas frases, que no sabía muy bien como plasmar..


Yo siento que el deporte es  algo bueno, es un buen hábito, una forma de vida que en la mayoria de casos hace que la gente que lo práctica, lleven una vida mejor, pero esa chica, si no hubiera puesto su cuerpo a tal esfuerzo, seguramente hoy estaría viva... y eso me hace pensar que quizas ahora que cada día esta más de moda el practicar deporte y me encanta que así sea, también haya que aumentar el control médico para realizarlo. Quizás deberiamos hacernos un test de esfuerzo, para tener al menos más claro dónde está nuestro umbral, hasta dónde podemos llegar, que luego pasará lo que tenga que pasar, pero que al menos tú te puedas conocer un poquito mejor, pero ...es necesario?, es suficiente?

Todos hemos visto y recordamos muchas muertes de deportistas de elite, donde al fin y al cabo están poniendo su cuerpo al limite por la consecución de sus objetivos deportivos y que aunque está claro que alguna anomalía tendrían para que su cuerpo dijera basta, estaban sometiendo su cuerpo al maximo. Pero en el deporte aficionado, también hay muchas muertes y más en deportes como el atletismo, donde aunque seamos corredores populares, siempre queremos mejorar, conseguimos bajar una marca y ya estamos pensando en donde bajar la siguiente, siempre más, más y más... quizás alguna vez tengamos que decir basta, que para disfrutar, no hace falta siempre querer ser mejores.

Pero la sed competitiva que llevamos dentro, no siempre nos deja ver más allá de nuestros objetivos, pero es que si no tenemos esos objetivos muchas veces nuestra vida no tiene sentido, y llevamos de nuevo la reflexión al principio... 

Personalmente, no creo que deje de hacer deporte mientras mi cuerpo me lo permita, quizás pronto deje el futbol, quizás llegue el día que no pueda sentir la libertad que siento al correr, quizás.. pero mientras pueda voy a seguir llevando esta vida y lo digo yo, que se más que nadie lo que se sufre con la otra parte del deporte, llevo dos operaciones, varias escayolas, muchos esguinces, golpes, heridas, moratones y sobre todo meses y meses de rehabilitación para superar estas lesiones y aquí sigo, muchos habrían dejado el deporte ya, muchos me han dicho que por que no lo he dejado, yo solo sé que mi droga es el deporte y que todo el sufrimiento que he pasado, se recompensa, con las sensaciones que sentí en la Behobia, en Canillejas cuando bajé de 40 minutos en un diez mil, cuando metó un gol, cuando ganamos ese partido, cuando voy con mi bici y veo el mundo a mi alrededor, cuando miró, pienso y digo... el deporte para mí es vida.

martes, 12 de noviembre de 2013

Eskerrik Asko Behobía-San Sebastián



Llevaba mucho tiempo esperando este fin de semana, que se empezó a fraguar desde hace más de un año y que desde Mayo ya se concretó con el dorsal y el hotel. Los ingredientes eran  propicios, visitar una ciudad de las que más me gustan San Sebastián y correr una de las carrera que mejor referencias me habían dado, la Behobía. Y puedo decir que las expectativas que tenía han sido superadas para bien, convirtiéndose en un fin de semana redondo que tardaré mucho en olvidar.
 
El viaje comenzaba cogiendo un tren en Chamartín y ver que el vagón estaba lleno de gente que íbamos a la carrera, llegas a Donosti y te diriges a tu alojamiento y piensas que suerte que he tenido de encontrar a la gente del Surfing Etxea un piso muy cerca del centro, donde me trataron de maravilla. Cenas y te dices otro viaje en el que no tiene pinta que pase hambre, madre mía como se come en el Norte!!!

Llega el sábado y espero a mi hermano Juan en la estación de autobuses, que como está trabajando en Bilbao se acerca a pasar el día conmigo y vamos a Anoeta y ves la que tienen montada. Vuelves al centro y paseas por sus callejuelas, la plaza de la Constitución, el Ayuntamiento, la playa de la Concha..me dejo envolver por la ciudad.. me encanta.

Hablo con mi hermano mucho, hacía mucho que no conversábamos tanto y te das cuenta que está feliz, que este trabajo le hace sentirse bien. Comemos, vemos juntos el Madrid-Real Sociedad, mientras nos juntamos un rato los tres hermanos, ya que Gaspar también ha venido a correr la Behobia. Despides a Juan entre la lluvia, visitas la catedral del Buen Pasto y te hinchas a comer pasta con Pablo y sus colegas que repiten experiencia.

Y llega el domingo a las 8:30, había quedado con Carlos, Miriam, Jesús y Esther y nos hacemos fotos los villanos. Cogemos el tren, madre mía mover casi 30000 personas y va todo perfecto. Llegamos y el ambiente es increíble, se sienten los nervios, nos colocamos en la salida y todo se detiene un momento, cierro los ojos, me agacho y me digo: ¡¡¡Vamos David, disfruta!!!

Comienza la carrera, en Irún te vas controlando porque la gente te anima a tirar pero sabes que la carrera es larga y vas avanzando y te sientes bien, voy feliz con una sonrisa, chocas la mano con los niños y superas las primeras cuestas, los kilómetros pasan, me siento fuerte lleno y tiro más y más, la gente me lleva, tengo agua cuando tengo sed, me dan una naranja , antes de empezar a desfallecer y cada vez estás más cerca.

Superas la última cuesta y das lo máximo hasta el final, cuando crucé la meta, lloraba, era feliz, había hecho un tiempazo y había sentido cosas indescriptibles, esperé a Carlos y nos fundimos en un abrazo, que carreron ambos, me ducho y vuelvo a ver a mi gente, ves a Miriam, a mi hermano Gaspar.. y vuelvo a sentir como me emociono como soy feliz, como el sufrimiento te da estas recompensas, ves a gente llegando estenuida, les animas, intentas devolver parte del calor recibido en tus 20km.

Pero todo termina, coges el tren de vuelta y no dejas de pensar en la carrera y te pones a escribir estas líneas. Cierras los ojos y te vienen momentos, emociones, sensaciones, esta carrera hace que el corredor popular se sienta importa, porque la gente se echa a la calle y no dejan de animar nunca.

Mucha gente me dice que correr es de cobardes, que eso solo cansa, que es aburrido, yo no les puedo convencer de nada, solo sé que yo disfruto corriendo, me siento libre y días como hoy, te das cuenta de cuál es la razón por la que corres, yo corro para sentirme así, para sentirme feliz. 


Gracias Behobia SS.