domingo, 16 de marzo de 2014

El peor compañero del deporte: Las Lesiones



Cuando hablamos de deporte, pensamos en los entrenamientos, las competiciones, las victorias, las derrotas, en momentos duros y sobre todo en muchos momentos alegres. Pero todos los que hacemos deporte, el que más o el que menos ha sufrido alguna lesión.

Yo recuerdo muy bien, todo lo que sufría en estas fechas hace siete años, cuando jugando al fútbol 7 me partí el escafoides, cuando me hicieron la radiografía vieron que me había destrozado la muñeca izquierda y me tuvieron que operar de urgencia; 4 meses de escayola en los que me quede con un brazito que daba pena mirarme y sobre todo una rehabilitación muy dura, porque mi brazo se había quedado completamente rígido y sin fuerza.

Pasé malos momentos entonces, pero no me rendí y aunque muchos no entendían por qué tenía tantas ganas de seguir jugando, volví a jugar, volví a ser el que era.

Sólo dos años después de la primera operación, pero poco más de un año de mi vuelta, fue la rodilla, una rotura de asa de cubo de menisco interno y rotura parcial del LCA, nuevo paso por el quirófano y una rehabilitación no tan dura como la anterior, pero si muy dolorosa e intensa, hubo días que estaba hasta 7 horas al día, haciendo bici, nadando, con ejercicios en casa y con la rehabilitación de Cristina mi fisio, de la Sanz Vazquez que ya me había tratado con el brazo.

Desde entonces no he vuelto a pasar por el quirófano, pero solo un año más tarde de la rodilla, en una mala caída me rompí el radio, a la altura casi de la muñeca, la misma muñeca ya operada, pensaba que tendría que volver a pasar por lo mismo, pero esta vez evite el quirófano, y la escayola solo me duro mes y medio, la rehabilitación de nuevo con Cristina, fue dura pero mucho más rápida que las anteriores, pero me acababa de cambiar de trabajo, comprar mi coche, había pagado la entrada de mi casa, en definitiva había madurado y durante muchos días me plantee dejar el fútbol, no sólo por mí, porque yo sacaría de nuevo fuerzas para afrontar una nueva rehabilitación, si llegase el caso, si no más por las personas que estaban a mí lado y sufrían por mi sufrimiento, y también por las consecuencias profesionales que las lesiones pueden acarrearte en tu vida.

Mucho ha pasado desde entonces, no soy el mismo, aprendí;  por ahí dicen que lo no te mata te hace más fuerte y a mí me hizo ser muy fuerte, sobre todo mentalmente. Aún hoy, muchos consideran que debería haber dejado el deporte entonces, porque raro es el día que no vuelvo con un dolor, un golpe, una herida, pero sinceramente a mí me merece la pena, yo quiero ser quien dirija mi vida y que no sea ella la que me lleve a donde otros me digan, está claro que debes escuchar, pero sobre todo a ti mismo, a tú cuerpo, por qué ante una adversidad, como es una lesión, aparece un nuevo reto, un objetivo, una meta, no te rindas y no dejes de hacer nada que te encanta mientras puedas.

 
Yo sigo jugando al fútbol, quizás ya no, con la intensidad de entonces, porque aprendes y llevas las cosas a un punto más sostenible y llenas ese vació de competitividad con otras cosas cómo el atletismo, pero en definitiva con deporte, porque pase lo que pase, mientras pueda y yo quiera el deporte guiará mi vida.


PD: Todas las fotos son de lesiones, golpes, heridas y operaciones mías, en definitiva de experiencias vividas, con las que nunca he tirado la toalla.