miércoles, 24 de febrero de 2016

Un fin de semana por tierras salmantinas

Hay lugares que aunque los visites muchas veces, te siguen pareciendo increíbles y Salamanca es uno de ellos, para mí una de las ciudades más bonitas de España, con un patrimonio de una belleza incalculable. Y sé que es una ciudad especial para mí, porque tiene muchos rincones en los que me resulta imposible resistirme a pasear por ellos sin tomar una foto. Da igual las veces que haya estado, que vaya de turismo, a pasar un fin de semana cualquiera o incluso a correr una media maratón, vaya por lo que vaya, esa irresistible sensación de inmortalizar un momento, me invade.

Y es que me encanta pasear por su centro histórico, esas calles entre la clerecia, la casa de las conchas, la fachada de universidad, donde mientras todos los turistas miren buscando a la famosa rana, señalando con el dedo y diciendo “allí, allí”, yo les miro a ellos, veo sus caras, y veo como la mayoría no ven nada y se pierden la gran cantidad de detalles de una fachada fabulosa. Entre calles llegas a la increíble catedral y el astronauta, que para muchos ni sabrán que exista, bajas hacía el río y nos detenemos en el huerto de Calixto y Melibea. Y terminamos llegando al rio Tormes y al puente romano.


De entre todos los sitios de Salamanca, hay dos que siempre, siempre fotografío, uno de ellos la plaza mayor, el centro de todo, una plaza única.


El otro, las vistas de la ciudad desde el otro lado del río, sencillamente increíbles, da igual que sea de día o de noche, que tenga ya mil fotos iguales, es una postal que me encanta.


 
El tema comer y beber es fabuloso, la carne en esta tierra esta riquísima y en este viaje no pasamos ni pizca de sed.

Me gusta Salamanca, ¿la conoces?

domingo, 14 de febrero de 2016

Cuando las cosas cambian



Hay momentos en la vida en los que una pequeñita pieza se rompe o desaparece y esta situación empieza a provocar tambaleos en otra pieza más grande,  y así se sucede una serie de reacciones en cadena, que te hacen por unas semanas dudar de todo y tu vida se convierte en una sucesión de acciones que a veces simplemente haces porque debes hacerlas.

La vida tiene estos momentos, estas situaciones que te sacan de tu estado de confort en el que vives instalado y quizás puedes simplemente esperar a que todo vuelva a la normalidad, pero quién te asegura que todo volverá a ser como antes... Yo, sin embargo, pienso que la mayor parte de las cosas en la vida, pasan por algo y debes ser consciente del cambio y no ver esa inestabilidad como un problema, sino como una nueva experiencia en tu vida.

No es casualidad, que lleve más de mes y medio, sin escribir ni una línea en mi blog, mi particular cuesta de enero, se ha ido alargando más de la cuenta, pero ya ha llegado el momento de “coger el toro por los cuernos” y dejar atrás unas semanas confusas en las que he dudado de casi todo, pero no soy una persona que se rinda fácilmente e incluso en estos días en los que la cabeza no iba al ritmo habitual, he conseguido “dar la vuelta a la tortilla” y vivir momentos de esos que seguramente formen mi video resumen del 2016.

Como celebrar mi 32 cumpleaños con todos los mío. Sé que no soy muy buen cocinillas y menos mal que tengo a Irene que me ayuda, porque cuando viene tanta gente a casa me agobio bastante y no disfruto del momento, pero es de agradecer que tu gente siempre este a tu lado en los días importantes para ti.


También estos días he conseguido grandes resultados corriendo, como ese 37:11 en Alovera, o la MMP en Getafe en Media Maratón. O simplemente he disfrutado de un entrenamiento, por el parque Natural de Alcalá de Henares.



Viví una tarde inolvidable con mi madre, por Madrid, visitando el Museo de Cera, lo que nos pudimos reir… son momentos que pasan a formar parte automáticamente de tu estantería de recuerdos esenciales, como dice la película del “Del Revés”.

Visitamos toda la familia el Museo del Ferrocarril, pudiendo comprobar la mayor fuente de satisfacción de nuestro padre, el tren, me encantó escucharle sus experiencias al ver sobre nuestros ojos los puestos de control y luego todos a celebrar el cumpleaños de mi madre, da gusto cuando la familia está unida.






Fuimos a un teatro, en el que el escenario estaba en el centro de la gente y giraba, dando una sensación de profundidad en una puesta de escena única y sí, me travestí para los carnavales convirtiéndome en una especie de cat woman, que más parecía una putilla de rotonda, pero me reí mucho y para eso están estos momentos.


Y esta semana, disfrute de un regalo único al lado de Irene, en el que me pude emocionarme como nunca lo había hecho con la música.
 
 
Ahora lo pienso, y digo… la de cosas que has hecho increíbles en un momento de incertidumbre en tu vida y es que no hay nada como ver el vaso siempre medio lleno. Porque cuando las cosas cambian, no debes rendirte, sino aprovechar el momento, porque es tu vida la que estás viviendo.