martes, 29 de marzo de 2016

Edimburgo: Recorriendo Escocia en 5 días



Esta Semana Santa la hemos pasado en Escocia, en un fabuloso viaje por su capital, Edimburgo, una magnifica ciudad llena de misterios y rincones fabulosos, los HighLands, las tierras altas de Escocia, con sus montañas nevadas y los lagos, entre ellos el famoso Lago Ness, conocido por las leyendas de su monstruo y por último una escapadita a Glasgow.

Dia 1: Toma de Contacto

El primer día lo invertimos en patear la ciudad, nuestro hotel, un Ibis, situado a las afueras de la ciudad, estaba muy bien comunicado con el centro de la ciudad por el moderno tranvía de la ciudad, por cierto trenes de fabricación española, CAF. Una vez en el centro de la ciudad, se puede ir andando de un lugar a otro, porque toda la zona turística está bastante cerca entre si.


Princess Street, es la calle que separa la ciudad antigua, coronada por su majestuoso castillo y la ciudad nueva, es la calle donde se concentran las tiendas con las marcas de ropa típicas. En uno de los laterales de la calle, se encuentran los Princess Gardens, la estación central de ferrocarril de Edimburgo y el monumento de Scott. Todo ello situado en un espacio, donde en el pasado existía un lago, que servía de protección ante los constantes intentos de conquista por parte de los ingleses. A este lago, le rodeaban millones de leyendas y era foco de la mayor parte de las enfermedades y epidemias que azotaron la ciudad de Edimburgo en los siglos pasados, de ahí que terminaran desecando el lago y convirtiéndolo en lo que ahora es.



Al final de Princess Street, llegas a Calton Hill, una colina de la ciudad, conocida como la Atenas del Norte, por alguno de los monumentos que se encuentran en su conjunto. Para mí una de las zonas más bellas de la ciudad, porque desde allí puedes contemplar toda la belleza de la ciudad.


Por la tarde, nos introdujimos en el casco antiguo, recorriendo la Royal Mille, la calle que cruza la ciudad, desde el Castillo, hasta el Palacio de Holyroodhouse. La calle esta dividida en varias secciones, como High Street o Canongate, donde antiguamente estaba la puerta  de la ciudad, para entrar había que pagar un tributo, de ahí su nombre.

 

Dia 2: La visita al Castillo

El castillo de Edimburgo, es realmente hermoso, situado en lo alto de la colina desde la que se construye la ciudad, en todo el centro de la misma, en un enclave único, solo accesible desde el último tramo de la Royal Mille. En su interior puedes contemplar desde las joyas de la corona, museo militar, las antiguas cárceles militares, ver  el cañonazo de la una, que cada día se realiza y en especial disfrutar de unas vistas preciosas.



 La entrada al castillo es cara, 16.50 libras, pero merecen la pena.

Por la tarde, hicimos un tour en castellano, por las calles del centro, en el que nos contaron muchas historias y leyendas de la ciudad. Este tipo de tour, gratuito, está cada vez más extendido por Europa, al final del mismo pagas la voluntad al guía en función de tu nivel de satisfacción. Me parece una manera magnifica de conocer las ciudades, este tour en cuestión, nos llevo adentrarnos por los callejones que rodean la Royal Mille, conocer sus misterios, la historia de la ciudad, pero de una manera divertida, amena, que tanto a Irene como a mí nos encantó.

 
Día 3: HighLands  y Lago Ness

Otra de las visitas obligadas si visitas Escocia durante varios días es conocer sus tierras altas, para llegar hasta ellas optamos por contratar una excursión desde España, que desde primera hora de la mañana y como corderitos nos fue llevando a un grupito de Españoles, en un bus, por Stirling, los HighLands o el lago Ness.



 
Tantas horas en autobús y tener que visitar cada lugar mirando el reloj para no salirnos de la hora programada, me hace no viajar “a mis anchas” como habitualmente estamos acostumbrados, pero la otra opción hubiera sido alquilar un coche y darte una paliza igual conduciendo por el lado distinto al habitual, así que no considero que hicimos lo correcto.

Los highlands, son una zona preciosa, llena de naturaleza, montañas semi nevadas y en especial lagos, dicen que en Escocia, existen más de 31000 lagos, algunos grandísimos, entre todos ellos destaca uno, el Lago Ness, que seguro que no será ni el más bonito, ni el más grande, pero que en sus aguas negras esconde una de las leyendas más conocida en todo el mundo, el monstruo del lago Ness. Todo lo que circula alrededor de este cuento, hay que mirarlo con cierto escepticismo, lo que es evidente, que ha servido para explotar turísticamente una zona.

Dia 4: Water of Leight

Al cuarto día, visitamos una de las zonas más entrañables de la ciudad, el paseo en torno al pequeño rio de la ciudad, zona conocida como Water of Leight, una zona muy bonita, perfecta para salir a pasear, que atraviesa el antiguo pueblo de Dean Village, absorbido por la capital.




Después, volvimos al centro, para recorrer por completo la Royal Mille y llegar al Palacio, alojamiento de la reina Isabel II, al menos durante una semana al año.

 
Día 5: Glasgow

Nuestro quinto día lo pasamos en Glasgow, en escasa una hora desde Edimburgo en tren. Esta ciudad es mucho más moderna que Ediimburgo, pero mucho menos turística, sin apenas reclamos  de gran interés, y los que hay están bastantes más diversos por la ciudad. Si bien, me dio la impresión de una ciudad llena de vida, incluso más que su competidora por la hegemonía del pais. Pero si en general mi sensación de Edimburgo, era que es una preciosa ciudad, que le falta un gran rio en su centro histórico, considero Glasgow, como una ciudad con río pero a la que le falta todo lo demás, desde el punto de vista turístico.


Llegamos a la estación de Queen Street, situada en todo el centro del ciudad, al lado de Queen Square, sede del Ayuntamiento y en los alrededores, la galería de Arte Moderno, y Bachacan, la calle comercial de la ciudad.

Desde allí, fuimos paseando, hasta la catedral de la ciudad y la necrópolis de al lado, es increíble, como en general todos los cementerios en Escocia, son más bien usados como parques y un lugar ampliamente visitado, que la idea que tenemos de ellos es España.

Desde la catedral, cogimos Hight Street, pasando por la plaza del mercado, hasta llegar al rio Clyde justo al lado de una zona ajardinada, que tenía en su interior un pequeño arco del Triunfo. Toda la ladera del rio es un agradable paseo, con carril bici, perfecto para practicar deporte.


Cuando llegamos a la altura de Bachacan Street, justo al pasar un puente colgante de la ciudad, subimos de nuevo hacía el centro, comiendo en un centro comercial, dentro de la gran oferta de ocio que tiene esta calle.

Tras comer, cogimos el metro, rumbo a la parada de HillHead, donde se encuentra la universidad de Glasgow, un recinto realmente impresionante, su visita, es obligatoria, para mí lo más bonito de la ciudad, con un campus ajardinado y una arquitectura del edificio principal realmente únicos, en especial el claustro con la zona de columnas.

Los alrededores de la universidad son también preciosos, varios parques, los puentes sobre otro pequeño río de la ciudad y el museo KelvinGroove.
 
De vuelta, un tranquilo paseo, por la ladera del rio. Hasta llegar de nuevo a la estación y volver para Edimburgo, para cenar en el Restaurante italiano Marlone, donde comimos y cenamos varios días, y probamos algunos de sus inigualables postres. Desde allí, el último vistazo, a algunos de los lugares de ensueño que nos han acompañado estos días y que Irene ha recogido en este fabuloso video, y que son el mejor resumen a un viaje inolvidable.


miércoles, 16 de marzo de 2016

Aranjuez: Un fin de semana inolvidable



Este fin de semana lo teníamos marcado en rojo desde hace meses en el calendario, cuando mi hermano Gaspar y yo, decidimos correr la media de Aranjuez y aprovechar la ocasión para pasar el finde toda la familia junta.

La casualidad hizo que esos mismo días, coincidieran con otros eventos como el viaje de mi club a Zamora, una despedida de soltera en una casita rural con los compañeros de trabajo y la media maratón de Alcalá, que a priori era la carrera marcada para obtener mi mejor tiempo en la distancia para esta temporada. Así que no cabía otra posibilidad que disfrutar al máximo, del viaje con mi familia y no pensar en los demás planes que tuve que renunciar.

Tras una tarde-noche disfrutando y riendo entre los compañeros de trabajo, nos fuimos hacía Aranjuez, en un día primaveral realmente increíble. 

Los jardines en torno al palacio, estaban preciosos, es una zona con un encanto único, el canal con aguas del Tajo, el puente, la presa, los patos, las fuentes, es sin duda uno de esos sitios especiales.

Visitamos todos el palacio por dentro, como casi siempre que entro en este tipo de sitios me siento algo decepcionado, porque me parece mucho más bonito, todo lo que rodea al palacio por fuera que las riquezas y grandezas que alberga su interior.
  
 
En Aranjuez, bebimos, comimos, reímos, jugué con mis sobrinos y seguí comiendo para coger fuerzas para el día siguiente.

Y llegó el día D, un día perfecto, una carrera llana, mi familia preparada para animarme en el recorrido, todo de cara para alcanzar una Mejor Marca Personal (MMP) en media Maratón. En mi cabeza el miedo, tras una semana complicada, con dolores en la espalda, pero sabiendo que había entrenado bien y que era el momento de recoger el fruto sembrado.

La carrera me encantó, con un recorrido entre los jardines, muy bonito. Me tuve que contener en muchos momentos, sufrí en muchos otros, pero supe controlarme, escucharme, exigirme,… así los metros iban pasando. Qué gozada correr y saber que tus padres y tu novia están dándote fuerzas, tuve muchos momentos de esos que se ponen los pelos de punta. En fin, disfrute muchísimo, expulsando los malos pensamientos y con el convencimiento que podía hacerlo.
 

Ya por el km 19, me sentí fuerte y ver de nuevo a mí familia, me dio aliento, pero la emoción casi me juega una mala pasada y tuve unos metros que tuve que controlar mucho mi respiración. Cuando llegué a la última recta, lo di todo, consiguiendo que el último kilometro, con el primero fuera el más rápido de toda la carrera, la meta no parecía llegar, pero una vez alcanzada, una satisfacción inundó mi cuerpo, porque no hay mayor victoria que superarse a sí mismo y en esta media maratón de Aranjuez lo conseguí, poniendo la mejor lubrica a un fin de semana inolvidable.