Los que nos consideramos
deportistas populares, aquellos que compatibilizamos nuestro trabajo con un
entrenamiento casi diario, en muchas ocasiones no tenemos un control médico que nos haga saber si la
actividad que estamos llevando a cabo es sana, si estamos preparados a ella o
incluso si tenemos alguna anomalía que nos impide practicarla. Por esta razón,
mi hermano me regaló una Prueba de Esfuerzo, que determinara mi estado físico
actual.
Son muchas las clínicas o centros
deportivos que ofertan este tipo de servicios, entre todos ellos, eligió el
Centro de Medicina Deportiva de la Comunidad de Madrid, porque aún siendo algo
más caro que otros, se trata de un centro público, con medios técnicos de alta
calidad y con personal altamente cualificado y acostumbrado a realizar este
tipo de pruebas, ya que es el centro donde gran parte de los deportistas
becados de nuestro país se les hace la prueba.
Y desde hace unos años, el usuario de a píe también puede contratar los
servicios, previo pago de unas tasas cercanas a los 125€.
El centro de Medicina Deportiva,
se encuentra muy cerca del Pirulí y de la M-30, enfrente del Parque Roma, por
lo que si vienes un buen sitio para aparcar es el Alcampo, al otro lado de la
M-30, te evitarás tener que pagar la zona azul y llegarás en poco más de 5
minutos.
La consulta médica, tiene una
duración aproximada de 3 horas y tiene las siguientes partes:
1. ANTECENTES.
Llegas a la consulta y el doctor, te comienza a
preguntar sobre hábitos de salud, como alimentación, horas de sueño, días que entrenas
y duración, desde cuando prácticas deportes, etc.
Te preguntas por tus antecedentes personales en
enfermedades, operaciones, así como enfermedades que hay o que haya habido en
la familia.
2. EXPLORACIÓN FÍSICA
Cambias tu ropa de calle, por la de entrenamiento y el
mismo médico, con ayuda de otro compañero, comienzan a explorarte, pupilas,
vista, boca, oídos, tu coordinación…te hacen un recorrido por todo tu cuerpo.
Te tumban en la camilla y comprueban tu movilidad y flexibilidad.
3. ANALISIS COMPOSICIÖN CORPORAL
De ahí te pasan a otra sala, donde están dos
enfermeras, que te hacen subirte a una máquina que te pesa, te mide, te calcula
tu masa ósea, grasa y muscular.
4. ELECTOGRAFÍA EN REPOSO
En la misma sala, te tumban y te colocan los
electrodos para realizarte un electo grama en reposo, también te toman la
tensión.
5. ESPIROMETRÍA
Sales de la sala donde estaban y las dos enfermeras,
te llevan a una nueva sala en el piso inferior, donde te espera una tercera
enfermera que te prepara para realizar la espirometría con la que te miden tu
capacidad pulmonar. La repites en varias ocasiones.
6. PREPARACÍÓN TEST DE ESFUERZO.
Te vuelven a colocar los electrodos y te preparan una
especie de petate, del que salen todos los cables, te lo ajustan con una
especie de malla-camiseta como la que se ve en los reconocimientos médicos de
los futbolistas y te hacen que respires muy rápidos, como hiperventilando para
hacer subir tus pulsaciones hasta un nivel por encima de las 100 pulsaciones.
Puedes ver cómo se va imprimiendo un nuevo electo grama, que ya continua el
resto de la prueba.
7. TEST DE ESFUERZO.
Con todo el cableado, te colocan una máscara con un
tubo, por el que debes respirar y que medirá tus consumo de oxígeno durante la
prueba y subes a la cinta, te explican, como debes correr, que a partir de
ahora hablásemos por gestos, que no gastara energías, la cinta iría muy
despacito y cada un determinado número de segundos iría más rápido.
El objetivo es aguantar lo máximo, y como cuando no
puedes más, la cinta no se detiene de golpe, practicas la parada, que no
consiste más que en abrirse de piernas, dejando correr la cinta en medio, hasta
su detección.
No es cómodo, correr en cinta y menos con todo el
cableado y el tubo de respiración, pero como empiezas a un ritmo muy cómodo, te
vas acostumbrando.
Los médicos no dejan de mirar el monitor y de vez en
cuando te preguntan cómo vas, y las enfermeras las tienes a tu lado, animándote
como si les fuese la vida, de verdad es increíble como se vuelcan, como te
dicen “Vamos David que vas a 4min/h, vamos, vamos!!!”, “Venga que la meta está
cerca”, “Vamos un esfuerzo más”…
Debes aguantar al máximo, pero como realmente no hay
una meta, llega un momento que tu cabeza dice hasta aquí, saltas, abres las
piernas y esperas la detención de la cinta.
Te toman la tensión, según terminas y te dejan
caminando unos minutos.
8. VUELTA A LA CALMA
Unos minutos después te vuelven a tomar la tensión y
comienzan a retirarte todo el cableado. Y mientras estiras te hacen una primera
valoración de todo lo analizado mientras corrías en la cinta, incluida tú
técnica de carrera.
Te abren unos vestuarios donde puedes ducharte,
tranquilamente y posteriormente tienes de nuevo a los médicos en la consulta,
por si tienes que preguntarles algo.
En definitiva, una satisfacción
plena, más aún cuando te dicen que estás sano, para realizar el deporte que
realizas.