En estas semanas compulsas con
todo lo que está aconteciendo en el mundo, no soy capaz de mirar hacia otro
lado y en mitad de la repulsa total a cualquier acto violento y en especial a
cualquier acto terrorista como los acaecidos en París, piensas sobre que motiva
al hombre a practicar la violencia.
Siento que es un problema de
base, de la educación, de la falta de valores en nuestra vida, de sentirnos en muchos
momentos perdidos y dejarnos llevar por unos fanatismos que no nos llevan por
el camino correcto.
Sin ninguna duda, yo creo en la
Libertad de Expresión, cada uno debe poder ser libre para expresar aquello que
piensa, pero debemos ser conscientes, que nuestra palabra puede provocar un
efecto distinto al que querías en oídos de otro y que somos libres sí, pero deberíamos
usar nuestra palabra con respeto y con tolerancia.
En esta ocasión ha sido unos
dibujos de Mahoma caricaturizados lo que ha provocado el incendio en unas
personas que por su fanatismo ya estaban con la llama preparada, nadie debería actuar
así…
Sin embargo y salvando las
distancias, cuantas veces nos ha pasado que un comentario de una persona, en un
ambiente jocoso, en vez de tomárnoslo como lo que es, una broma, nos ha sentado
mal. Hay muchos comentarios que nos
afectan, quizás deberían generar indiferencia o saberles reír la gracia, pero a
veces nos crean un dolor tan grande, que nos hunden y en muchas ocasiones contestas
a ese comentario con aún más contundencia, generando un conflicto, que puede
terminar en violencia.
Hace años, este mismo semanario,
publicó una portada, sobre atentados terroristas en España, yo lo veo y
realmente me parece original, entiendo en el contexto que se crea y me gusta,
pero gustará a las víctimas de ese atentado?? Y quizás estas víctimas sean
personas que no vayan a reaccionar con ira, pero a otras que solo están
buscando una escusa para hacer el mal, es más de lo que necesitan.
Pensamos que no somos personas
violentas, que no haríamos nunca algo así, pero por ejemplo estamos viendo un
partido de fútbol e insultamos a rivales, al árbitro e incluso ovacionamos una
entrada desproporcionada de un jugador de nuestro equipo a un jugador rival,
solo por la frustración de sentirnos derrotados.
No sé, por qué actuamos así, pero
no hay nada, pero nada, que justifique la violencia, nada. Pero reflexionemos
un momento, y démonos cuenta que hay una delgada línea entre el respeto y la
libertad, que a veces se traspasa y genera violencia en una serie de personas
fanáticas.
Yo no puedo cambiar el mundo, ni
cambiarte a ti, pero siento que la vida puede ser maravillosa y que los
violentos no tienen cabida en ningún sitio, así que se libre y respeta a los
demás.
Yo soy Charlie, y tú?