Ya el viernes empezamos a vivir el maratón, con la feria del corredor, las primeras fotos, el dorsal, el paseo por los stands, el timo comprando geles y luego una cenita con los Runners en una Tagliatella. Me encantó vivir esos momentos con mi hermano, más si cabe porque este año no viviríamos la experiencia del año anterior en la que corrimos juntos.
El domingo, partimos hacía
Madrid, en el autobús ochentero (como fue bautizado), Romo, el Profe, Capote,
Juanjo, Carlos y yo. Cada uno contando sus objetivos, sus experiencias y algún
que otro olvido. Ya en el Retiro, nos juntamos con la mayor parte familia villana
que corría, entre fotos nos fuimos cambiando, untándonos de cremas, pomadas y
otros brebajes para preparar los 42km que teníamos por delante.
De camino a la salida, pude ver a
mi hermano y un poco después a Javi, Pedroviejo y Delgado. Poco a poco nos
fuimos separando cada villano a su cajón y tras los típicos momentos en los que
no sabemos donde esta nadie, nos juntamos Edu, Romo, Carlos y yo, en el cajón 2;
muy cerca de nosotros Peñu.
Y por fin empieza la carrera, es difícil
correr los primeros metros y quise tomármelo con calma, haciendo los primeros kilómetros
algo por encima del rimo de 4:30 que me había marcado ir, voy dejando atrás a Romo
y Edu y tras pasar la montonera del globo de las 3h30 veo a Carlos con su
gorra, no muy lejos, le doy caza y juntos pasamos el Bernabéu y llegamos a
Plaza Castilla, desde allí empecé mi carrera solo ante el peligro.
Por Bravo Murillo, fui
recuperando los segundos perdidos y pasé el primer 10K al ritmo deseado, me
sentía pletórico, feliz, por fin estaba viviendo el día que tanto tiempo estaba
esperando. Cuando pasamos por el puente de Nuevos Ministerios, se me ponen los
pelos de punta, con los ánimos de los villanos y un poco delante los padres de
Irene, que tenían indicaciones de su hija de donde tenían que ir viéndome,
intentando hacer que no notara su ausencia lo más mínimo.
Llegué a la altura de Peñu y durante
muchos kilómetros, tuve que frenarme, porque la emoción me embargaba. A la
altura de Noviciado mi amigo Pablo, está con su cámara y me voy preparando ante
los metros más increíbles de la carrera, por Gran Via, Callao, Sol, la Calle Mayor
y el Palacio Real, son unos kilómetros fantásticos, donde la gente te lleva en volandas.
Poco después llegamos, a la media Maratón, 20 segundos por debajo del ritmo que tenía previsto, 1h34:40, me sentía bien pero mientras cojo agua, me adelanta el globo de las 3h15 y un grupito de gente que venía acompañándole, no entendía que el globo fuera tan rápido, pero bueno yo sigo mi carrera.
Pasamos el Parque del Oeste y encaramos la larga Avenida de Valladolid, al final de ella, estaba mi cuñada Cristina, con mis sobrinos y poco delante de nuevo los padres de irene, me tomó mi segundo gel y entre que lo abro, me lo tomó, que llega la cuesta del lago de la Casa Campo, siento como poco a poco el globo se me va escapando, los kilómetros se me van unos segundos, pero lo achaco al cambio de perfil, en el giro de la Casa Campo, veo que Peñu le tengo realmente cerca. La cuesta justo cuando sales de la casa campo se me atasca mucho, me empiezo a sentir muy pesado, aunque consigo recuperarme algo en la bajada, empiezo a sentir que algo no va bien.
De camino al Calderón, los
abductores me empiezan a doler y tengo que bajar unos segundos el ritmo, Peñu y
sus secuaces no tardan en darme caza, intercambiamos unas palabras, en las que
le digo, que tenía mucho miedo a lo que venía por delante, porque aunque me
sintiera bien de respiración, cada vez sentía más acalambradas las piernas y
sabía muy bien, que a partir de ahora todo sería subida.
No sé si esto era el muro, si
habría llegado el tío del mazo o qué sería, pero cada vez me costaba más
correr, así que cogí un ritmo, en el que el dolor fuera soportable. Por suerte,
cuando más me flojeaban las fuerzas mi cabeza tiraba de mí y no tuve en ningún
momento malos pensamientos, no pensé que se me fuera el tiempo objetivo, ni qué
los kilómetros cada vez tardaran más en llegar, simplemente me decía que era un
héroe por estar allí y que la experiencia valía la pena.
En estos kilómetros de subida, me
adelanta Carlos Serrano, ¡¡¡cómo iba el mochuelo!!!, me dedicó unas grandes palabras de ánimo y siguió su camino y
yo… el mío. En Embajadores ya estaba mi amigo Pablo otra vez animando y antes de
llegar a Atocha, estaba José y poco después de nuevo los padres de Irene, qué
campeones. Ya me costaba correr, mi zancada era muy corta, y cada intento por
acelerar el ritmo, era abortado con algún calambre, ya fuera de una zona u
otra.
Pasé Neptuno, llegue a la Cibeles, alcancé Colón y a duras penas superé la última cuesta de Velázquez. Ya en Príncipe de Vergara, los villanos y Ernesto, un compi del trabajo, me dieron el último aliento y con una sonrisa en el rostro, que me acompaño casi toda la carrera, y lleno de dolor y de cansancio entré en el Retiro, disfrutando de una satisfacción indescriptible en los últimos metros y alzando los brazos al cruzar la meta, porque lo había conseguido.
Según paré de correr, mis piernas
dijeron basta, no era capaz de andar, tardé más de una hora en recoger mi
mochila y volver hacía la meta por fuera, donde estaban e iban llegando el
resto de villanos.
Una vez pasado unos días, puedo decir que todo el esfuerzo realizado, mereció la pena.
Una vez pasado unos días, puedo decir que todo el esfuerzo realizado, mereció la pena.
Quiero agradecer especialmente, a todos los villanos que vinieron a animarnos, a mi hermano Gaspar al que eche tanto de menos durante la carrera, a Pablo por recorrerse medio Madrid con su cámara, a Julián y Cristina, padres de Irene, que en ausencia de su hija, se multiplicaron por todo el recorrido, a Ernesto por acompañarme tras alcanzar la meta y a Irene, que no pudo estar ahí, pero que lo preparó todo para que no notara su ausencia y prueba de ello, este video.
En fin, una experiencia increíble,
que termina con una nueva Mejor Marca Personal, con la sensación que aún puedo
mejorar muchísimo en esta distancia, la mejor rubrica posible para la carrera
número 100, dentro del Club Atletismo Villanueva.
Punto de
control
|
Tiempo
Oficial
|
Tiempo
Neto
|
Ritmo
|
Velocidad
media
|
Puesto
|
Km 5
|
0:25:05
|
0:24:06
|
4:50 min/Km
|
12.45 Km/h
|
1053
|
Km 10
|
0:46:00
|
0:45:00
|
4:30 min/Km
|
13.33 Km/h
|
813
|
Km 15
|
1:08:07
|
1:07:08
|
4:29 min/Km
|
13.41 Km/h
|
786
|
Km 20
|
1:30:37
|
1:29:38
|
4:29 min/Km
|
13.39 Km/h
|
809
|
Km 21.097
|
1:35:41
|
1:34:41
|
4:30 min/Km
|
13.37 Km/h
|
825
|
Km 25
|
1:52:55
|
1:51:55
|
4:29 min/Km
|
13.40 Km/h
|
812
|
Km 30
|
2:17:00
|
2:16:01
|
4:33 min/Km
|
13.23 Km/h
|
791
|
Km 35
|
2:41:45
|
2:40:46
|
4:36 min/Km
|
13.06 Km/h
|
810
|
Km 40
|
3:10:23
|
3:09:23
|
4:45 min/Km
|
12.67 Km/h
|
908
|
Km 42.195
|
3:22:32
|
3:21:33
|
4:47 min/Km
|
12.56 Km/h
|
977
|