Corría Septiembre del 2012,
acababa de terminar una relación sentimental y deportivamente llevaba varios
años tirando del carro en un equipo del que hasta ese momento era el deporte de
mi vida, el futbol sala. En esos días en los que quizás estaba bastante tocado,
cambie por completo muchas de las cosas que habían sido mi día a día, durante
años.
Entre las mil y una vueltas que
daba mi cabeza, recordé como unos meses atrás en la media Maratón de Azuqueca
de Mayo de 2012, la primera media que corría en mi pueblo, vi a una gran
cantidad de gente, vistiendo una camiseta azul y amarilla, pertenecían al club
de Atletismo de Villanueva. Busqué
información por información por Internet del club y un día me lancé a llamar
por teléfono a un número que aparecía, al otro lado me contestó un hombre, que
me animó que viniera un día a entrenar, que conociera el ambiente, que viera si
me gustaba y luego ya viera si quería apuntarme o no.
Recuerdo como hasta ese momento,
para mí el atletismo no era más que un medio para estar en forma en mi equipo
de fútbol sala, participaba en alguna carrera popular y era fijo en la san
silvestre de Azuqueca año tras año, pero poco más. Sin embargo sentía que era
el momento de hacer algo nuevo, así que fui a un entrenamiento.
La persona, que estaba al otro
lado del teléfono se llamaba Jose, que me presentó a mucha gente, entre ellos conocía a Jaime, excompañero de
mi padre en Renfe, con el que fui pegado todo el entrenamiento, no sea que me
fuera a perder, entre el sinuoso recorrido, entre una calle a otra por todo
Villanueva, así conocí la cuesta de los “Autos Locos” por primera vez y
completé mi primer rondo. Acabé encantado y no tardé en formalizar mi
inscripción en el club.
Ese primer entrenamiento llevó a
otro y a otro y a otro más y llegaron las primeras carreras luciendo la
camiseta azul y amarilla, las primeras MMPs y así poco a poco en silencio, fui
abriéndome a ese grupo de personas, que sin saberlo cada vez me daban más y en
conjunto eran justo lo que en ese momento de mi vida necesitaba.
Según pasaba el tiempo, el
atletismo fue obteniendo más importancia en mi vida, siempre tenía un reto en
el horizonte y eso me hacía mantenerme activo, ilusionado, feliz. Desde
entonces con la gente del club, he vivido viajes, quedadas, piques por
llevarnos más o menos puntos en la liga villana, he encontrado personas increíbles
en los que confiar. Considerando muchos de ellos a día de hoy mis amigos, todos
diferentes pero con algo en común, el club de atletismo de Villanueva.
Han pasado, ya casi 4 años desde
entonces, mi vida está mucho más estable que cuando entre a formar parte de
esta familia, tanto en lo profesional, como en lo personal y seguro que gran
parte del equilibrio lo he conseguido con esta nueva filosofía de vida, que empezó
a forjarse el primer día que comencé a entrenar con esta gente.
Han sido tantos buenos momentos…
Y así poco a poco, entreno a
entreno, carrera a carrera, reto a reto, he llegado a las 100 carreras, increíble!!!
Muchas gracias compañeros!!