Durante las últimas semanas he
vivido de primera mano uno de los acontecimientos más esperpénticos que he
vivido en la seguridad social y que me hace reflexionar si esta situación no
empezará a ser más común ahora que queremos mezclar sanidad con negocio.
Una lista de espera que no
terminaba nunca acaba con la derivación de un gran número de pacientes a un clínica
privada para una supuesta simple operación de cataratas, hasta ahí todo parecía
correcto, pero el día de la operación te das cuenta que eso parece más una verdulería
que un centro médico.
Prefiero no dar nombres, ni de
médicos, ni del lugar, que en mis anteriores visitas con problemas a raíz de mi
servicio deportivo nunca me había transmitido este descontrol. Los pacientes y
familiares se apelotonaban en la pequeña sala de de espera, las enfermeras
dilataban los ojos a los pacientes en la propia sala de espera, sin llevar ningún
rigor de a quien le echaban qué y en qué ojo, según pasaban los minutos, había
más y más gente, porque los pacientes que iban siendo operados eran sacados del
quirófano, bastante aturdidos y se
tenían que enfrentar con el mercado y murmullo que había afuera. Un verdadero
caos, que dudo siguiera el protocolo normal en estas operaciones.
Entre tanto descontrol a nosotros
nos debió tocar la china, ya fuese por un error humano, técnico o de ambos, ya
fuese solo mala suerte o fruto del descontrol que allí se estaba viviendo, pero
lo que es una operación fácil terminó en unos días sin visión en el ojo, nuevas
visitas al médico, algún que otro tropezón y una segunda operación realizada
totalmente destrangis en la misma clínica privada a cargo del facultativo, que
al menos reconoció su error y se hizo cargo de una operación que no quedo
registrada en ningún sitio.
Por suerte, parece que esta vez
todo salió bien, pero sinceramente tengo
miedo que este sea el camino que puede llevar nuestra sanidad, porque cuando
mezclamos el dinero con la salud, puede que no siempre salgamos ganando, porque
la sanidad no puede verse como un negocio, sino como algo sostenible.
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