Cuando hablamos de deporte,
pensamos en los entrenamientos, las competiciones, las victorias, las derrotas,
en momentos duros y sobre todo en muchos momentos alegres. Pero todos los que
hacemos deporte, el que más o el que menos ha sufrido alguna lesión.
Yo recuerdo muy bien, todo lo que
sufría en estas fechas hace siete años, cuando jugando al fútbol 7 me partí el
escafoides, cuando me hicieron la radiografía vieron que me había destrozado la
muñeca izquierda y me tuvieron que operar de urgencia; 4 meses de escayola en
los que me quede con un brazito que daba pena mirarme y sobre todo una
rehabilitación muy dura, porque mi brazo se había quedado completamente rígido
y sin fuerza.
Pasé malos momentos entonces, pero
no me rendí y aunque muchos no entendían por qué tenía tantas ganas de seguir
jugando, volví a jugar, volví a ser el que era.
Sólo dos años después de la
primera operación, pero poco más de un año de mi vuelta, fue la rodilla, una
rotura de asa de cubo de menisco interno y rotura parcial del LCA, nuevo paso
por el quirófano y una rehabilitación no tan dura como la anterior, pero si muy
dolorosa e intensa, hubo días que estaba hasta 7 horas al día, haciendo bici,
nadando, con ejercicios en casa y con la rehabilitación de Cristina mi fisio,
de la Sanz Vazquez que ya me había tratado con el brazo.
Desde entonces no he vuelto a
pasar por el quirófano, pero solo un año más tarde de la rodilla, en una mala caída
me rompí el radio, a la altura casi de la muñeca, la misma muñeca ya operada,
pensaba que tendría que volver a pasar por lo mismo, pero esta vez evite el quirófano,
y la escayola solo me duro mes y medio, la rehabilitación de nuevo con
Cristina, fue dura pero mucho más rápida que las anteriores, pero me acababa de
cambiar de trabajo, comprar mi coche, había pagado la entrada de mi casa, en
definitiva había madurado y durante muchos días me plantee dejar el fútbol, no sólo
por mí, porque yo sacaría de nuevo fuerzas para afrontar una nueva
rehabilitación, si llegase el caso, si no más por las personas que estaban a mí
lado y sufrían por mi sufrimiento, y también por las consecuencias
profesionales que las lesiones pueden acarrearte en tu vida.
Yo sigo jugando al fútbol, quizás
ya no, con la intensidad de entonces, porque aprendes y llevas las cosas a un
punto más sostenible y llenas ese vació de competitividad con otras cosas cómo
el atletismo, pero en definitiva con deporte, porque pase lo que pase, mientras
pueda y yo quiera el deporte guiará mi vida.
PD: Todas las fotos son de
lesiones, golpes, heridas y operaciones mías, en definitiva de experiencias
vividas, con las que nunca he tirado la toalla.
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