El fin de semana pasado lo
pasamos toda la familia en Vitoria, para ver la ciudad que esta acogiendo a mi
hermano Juan, durante este curso y como hicimos el año pasado en Bilbao,
montamos un viaje para desplazarnos todos allí y conocer la ciudad.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgHenV0LKTtH8Py0kL9NvCbFj1ek9MJLhgCaQbGYA0SB0l_i0_n6YViW5PiHiwDsJcMjH71aQY6QcytWIM5beHWgzDkSEk-w4hI9rJPUjLynKUz_ZXBsxV3kS_XEDHABkrJLXhDg50_f2U/s200/2015-05-23+12.10.09.jpg)
Llegamos a Vitoria el Viernes,
tras unas 4 horas de coche y pagar más de 12€ de peaje, dejamos nuestras
maletas en el Hotel Abba Jazz situado en el centro de la ciudad, junto al
parque de la Florida y comenzamos a pasear por la ciudad, de camino hacia la “almendra”,
cruzamos la vía de un moderno tranvía muy parecido al de Bilbao, se conoce como
la “almendra” a todo el casco antiguo de Vitoria, Patrimonio de la Humanidad.
Es una zona increíble, de esas que bien merece la pena perderse. Visitamos la
casa de mi hermano durante este año y paseamos alrededor del Palacio de
Provincia, sede de la Diputación foral de Álava.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhSgp-QwIaML2FvpC-luijSnrITBSs6zIHj0yCSdLMu0oqBS14wE5VprGgDjxNfcleAHEKENIc5B9fcTvqtjhnDk_tfAnlq6lmhi72vt6M-hRmR8gi9L1EkT9uaNxe6eCEm1Fr8Ypan8OE/s200/2015-05-23+10.47.03.jpg)
Conocerla, conocerla, la
conocimos durante el sábado, empezando de la Plaza de la virgen Blanca, una
plaza abierta, coronada por la Iglesia de San Miguel, donde la ciudad se
empieza a levantar, junto la Plaza de la Virgen Blanca, se encuentra la Plaza
de España, un rincón precioso, donde se encuentra el Ayuntamiento de la ciudad
y una serie de soportales con columnas hacías la plaza, con numerosas terrazas.
Sólo por esta zona, merece la pena conocer Vitoria.
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Empiezas a recorrer el casco
antiguo, Los Arquillos, La Iglesia de San Vicente, la Catedral Vieja, la Muralla,
en fin un sinfín de sitios, muy cercanos unos de otros, en unas calles que subían,
bajaban, concéntricas a la catedral vieja, que son un monumento en sí. De todo
lo que más me gustó el gran numero de fachadas de edificios pintadas con unos
dibujos que eran verdadero arte y que se fundían entre el patrimonio de la
ciudad.
Da gusto pasear por una ciudad
tan limpia, que cuida tanto el medio ambiente, con el tráfico restringido en
todo el centro, lo que ayuda al turista a conocerla sin prisas, de entre sus
calles destaco la Chuchillería, en donde se encuentra una gran concentración de
bares, para tapear y pasar un rato agradable con los tuyos, pasear por allí durante
la hora del aperitivo fue realmente gratificante.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvrs9dXVvWz5wxW6NDOo1BsEtEzcZOOZGhIcQhWlHzsXfnjR7aYUEzFEADQ69sys7ETRzL8RHxWrUGhuLwH976zIorJ2L7XTJ6x2x4q9goEc9Ov0glcHFu7shxh5j3NhSNUdWtqopm7Fk/s200/2015-05-23+13.01.18.jpg)
Por la tarde pudimos conocer uno
de los parques de la ciudad, Vitoria, está rodeada por un gran anillo verde,
donde la gente disfruta del deporte y sobre todo se desplaza en Bici, no me
imaginaba tanta bici en esta ciudad, no es Amsterdam, pero la gente se mueve
con su bicicleta y los parkings de bicis del centro, estaban llenos de cientos
de bicis. El parque que fuimos a conocer fue el Salburia, cerca del Buesa
Arena, donde juega el famoso equipo de basket de la ciudad, el parque estaba
lleno de acuíferos y animales en semilibertad, me quede con la sensación de que
seguro no era el Parque más bonito de la ciudad, pero cuando vas para un finde
hay que elegir que visitar.
Sobre las comidas, en Vitoria se
come, pero que muy bien, si me llego a quedar más días, reviento, el sábado
cominos en el Restaurante Orense, nos atendieron algo lentos, pero todo lo que
comí estaba riquísimo, increíbles sus postres. La cena la hicimos en un
italiano y el domingo comimos en el Restaurante Albeniz, no es un sitio barato,
pero se come de maravilla.
Como no podía ser de otra manera,
la mañana del Domingo, salí un rato a correr, con mi hermano Gaspar y mi
sobrino Carlos, me acompañaron un rato. Cogimos la senda del camino de Santiago
que desde el centro de la ciudad, nos sacaba poco a poco de ella, pasando por
Mendizorroza, el estadio del Deportivo Alavés y continuar hacía las afueras de
la ciudad, que empalmaba parque con parque del que siempre salía algún carril
bíci, impresionante, y así hasta decidir volver por otro sitio al centro y
subir a la “almendra” y correr por las calles más emblemáticas de la ciudad, cómo
me gusta conjugar turismo y deporte!!
En fin, unos días preciosos en
tierras vascas, donde espero volver pronto, acompañado de toda mi familia y reafirmando
lo a gusto que vive mi hermano Juan en estas tierras, lástima la distancia. Un
fin de semana en el que dio tiempo para todo y que nos da un poco de aire, en
la rutina diaria.
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