Estos días en Mallorca he tenido la oportunidad de volver a viajar solo.
Pasar unos días asi sirven mejor que nada para conocerse, para saber
que te inquieta, cómo te sientes y sobre todo para descubrir a tus
anchas una ciudad.
No es fácil pero prefiero mil veces viajar sólo a no hacerlo.
Y por qué Mallorca? porque desde que era muy crio no habia venido y los
precios con Norgeiwan eran muy asequibles volando ida y vuelta por 50€.
A la llegada al aeropuerto de Palma tenía reservado un coche con
Goldcar, a diferencia con otros alquileres de coche que había hecho,
tuve que pagar una serie de tasas y suplementos que vendrían en la letra
pequeña a la hora de reservar pero que me dejaron con cara tonto,
porque el precio del coche se disparó de manera exponencial..en fin.
Una vez con coche me dirigí a la zona de Manacor, deteniéndome en
Montuiri, un pueblo al que me había recomendado mi amigo José Luis pasar
para probar un "pan amb oli", cruzándome de lleno con una carrera
popular de 10k que tenía paralizado el pueblo, una premonición?? Si
hubiera llegado solo un poco antes igual la hubiera corrido.xD
Tras llenar un poco el buche, seguimos la andadura hasta el Port de
Manacor y las cuevas del Drach. La verdad es que su visita es muy
recomendable, un ameno paseo entre estalagmitas y estalactitas con el
lago Martel, que acaban con un pequeño concierto y paseo en barca por el
lago. Una divertida excursión muy hecha para el turisteo.
De allí y ya que tenía coche, decidí cruzar la isla hasta el norte y
llegar al faro del Cabo Formentor. De camino había varios miradores, uno
de ellos realmente impresionante, con grandes acantilados rompiendo las
olas del mar. Una visita imprescindible de la isla.
El segundo día lo tenia reservado para conocer Palma, a las 11 empezaba
un free tour, donde fuimos guiados por Eulalia una joven mallorquina que
nos encandiló con su simpatía y su sapiencia en un entretenido paseo
conociendo los entresijos de la catedral, el palacio de la Almudaina, el
Ayuntamiento, la calle san Miguel, el mercado, hasta llegar a la plaza
de España.
Por la tarde visite la Almudaina por dentro y me perdí entre las calles del casco antiguo.
Ya el tercer día tenía reservada una bici de carretera para adentrarme
con ella por la sierra de Tramontana, una manera magnífica para conocer
esta zona, sus pueblos su paisaje, esa mezcla de montaña y mar. Desde
Palma, fui rumbo a Valldemosa, luego Deya, Port de Soller, Soller y
vuelta a Palma. Unos 80km donde pude disfrutar como un niño del entorno,
haciendo fotos de cada lugar y donde también pude exigirme un poco con
la subida del Col de Soller, un día magnífico que me costará olvidar.
El ultimo día, fui a la castillo de Bellver desde donde descubrir la
ciudad desde las alturas, sus vistas son increíbles, el puerto, el
mediterráneo, la catedral y la sierra de Tramontana. Un sitio magnífico
que sirve como colofón de una nueva aventura viajando.
Ahora a pensar en
la siguiente.
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