lunes, 30 de diciembre de 2019
domingo, 8 de diciembre de 2019
Visitando la ciudad eterna
La última escapada del año me ha llevado a Roma con mi amigo Edu.
Tras un intenso año de viajes, había que poner la guinda con unos días
fantásticos en la ciudad eterna.
Tras el madrugón, nos plantamos en Roma a primera hora de la
mañana, lo que nos permitió dar una buena vuelta antes de comer, por la
plaza de España, sus escalinatas donde no nos dejan ahora sentarnos, la
Fontana de Trevi, sigue tan preciosa cómo la de
dejé hace ya más de 11 años, pasé de tirar monedas que cada vez creo
menos en ese tipo de supersticiones y desde allí a la plaza de Venecia,
subiendo a lo alto del monumento de Victorio Emanuel y contemplar unas
vistas impresionantes de todo el Foro Romano,
con el Coliseo al fondo.
Por la tarde más fotos por los alrededores de la antigua ciudad
romana, con el pose de las gaviotas, para después adentrarnos por el
Panteón, la Plaza Navona y llegar a orillas del Tiber y contemplar la
belleza del castillo de San Angelo y el Vaticano
al fondo. Que preciosidad de Ciudad.
Por la noche pusimos rumbo al Coliseo, la verdad es que a
diferencia de otras ciudades, Roma tiene todo bastante cerca y
alojándote por la zona de la estación de Termini tienes todo en la palma
de tu mano. Un primer día maravilloso en que tuvimos una primera
toma de contacto de todos los puntos de interés de la ciudad.
El segundo día, teníamos contratado un tour para conocer el
Coliseo, el Foro Romano y el monte Palatino. El Coliseo por dentro los
que lo habéis visto sabréis que deja mucho que desear, pero conocer su
historia, me pareció fascinante, sus puertas, por
dónde entraban los gladiadores, dónde entrenaban, el motivo de su
construcción. De allí paseamos por el foro romano, la historia de Julio
César, Rómulo y Remo, y las vistas desde el monte Palatino.
Por la tarde teníamos un free tour para descubrir Roma de noche,
pero nuestro guía nos dió plantón, vaya seriedad..al día siguiente me
contó una milonga de una detención un poco sorprendente, en fin.
Aprovechamos entonces para pasear hasta el Vaticano
y ver toda la plaza de San Pedro casi sin gente y cenar por el
Trastevere, uno de los barrios más famosos de la ciudad.
El tercer día tocaba el Vaticano, sus museos, la capilla Sistina,
la cantidad y cantidad de riquezas y grandeza de la iglesia, sigo sin
comprender tal exaltación..También subimos a la cúpula, vaya vistas y
que vértigo, vaya panzada a subir escaleras nos
pegamos que sólo unos días después del maratón las piernas lo notaron
pero bien jejejeje.
Por la tarde la villa Borguese y una maravillosa puesta de sol
sobre la Plaza del Poppolo, realmente hermosa con el Vaticano al fondo.
Al ser nuestra última noche queríamos pasar de nuevo por dos puntos
emblemáticos de la ciudad, el Coliseo, que nos encontramos teñido de
rojo y la Fontana de Trevi.
Ya el cuarto y último día, mi tradicional entrenamiento con el que
unir dos de mis pasiones el turismo y el deporte. Con inicio y fin en
Termini gran ruta pasando por los puntos más bonitos de la ciudad en un
circuito de 12km fabuloso, pasando por la plaza
de Venecia, Fontana de Trevi, plaza España (subida escaleras incluida),
plaza de Popolo, Vía Corso, Plaza Navona, Castillo de San Angelo,
Vaticano, Foro Romano y el Coliseo. Mis primeros kilómetros tras el
maratón, disfrutando de lo lindo. https://www.strava.com/activities/2916426932
Aún tuvimos tiempo antes de irnos de visitar una de las catacumbas
cristianas que hay en Roma y así pusimos el colofón a un puente de
diciembre en la ciudad eterna. Ya se acaban los viajes del 2019, en nada
comenzamos a pensar en los del 2020.
martes, 3 de diciembre de 2019
Cómo bajar de tres horas en maratón
Detrás de un reto personal como éste, la verdad es que no hay
milagros, ni una fórmula secreta que te permita conseguir fácilmente tu
objetivo.
Lo único que puedes hacer es trabajar, ser constante, y tener la
suerte durante los cuatro meses que dura su preparación para no tener
ningún contratiempo que haga que todo se vaya al traste.
He sufrido mucho en los maratones y este lo he disfrutado como
ninguno, se lo que es arrastrarse o acabar y tener que ser atendido en
meta, que los médicos te digan que deberías dejar de correr, o como el
año pasado en Valencia que los problemas familiares
y laborales me dejaran tocado el isquio y no pudiera más que pasearme por el recorrido. El maratón me la debía y me ha regalado el día más feliz
desde que comencé a correr hace ya algo más de 7 años. Mi octavo maratón
y la primera vez que rompo la barrera de las
tres horas.
Pero qué ha pasado esta vez para conseguirlo. Pues son muchas
cosas, este verano le pedí a mi hermano un entrenamiento exigente, tener
a un entrenador nacional de atletismo en casa, que te pueda orientar
tanto y sepa preparar un planning que se adapte
tanto a mí es una suerte y gran parte de mí éxito es suyo. Pero como
siempre me dice, luego el entrenamiento hay que hacerlo y he sido más
estricto que nunca.
Puedo asegurar que mi plan de 16 semanas para bajar de 3h funciona,
pero la clave no es tener el plan, la clave es tener la fortaleza
mortal para llevarlo a cabo. Me gusta mucho la imagen del éxito del
iceberg, la gente siempre ve tus logros, los días
que haces podiums, haces marca, alcanzas tus metas. pero detrás de esto
hay mucho trabajo, muchos días de dudas, sacrificios, dolores, ...pero
puedo asegurar que solo por vivir lo que he vivido, todo ha merecido la
pena.
Otras de las claves ha sido ser más regular en mis visitas a mí
fisio Mamen. Cada cuatro semanas ahí estaba para que descargara mis
piernas, con sus manos las molestias desaparecían.
Sin ninguna duda, cambiar de club, me dió la liberación que
necesitaba para pensar simplemente en correr. Y además compartir tantos
entrenamientos con Ángel, con un objetivo común nos ayudó a ambos. Él
también sub3h.
La preparación no se me hizo larga, me ayudó mucho conseguir varios
podiums, buenas marcas, mmp en 10k y sobre todo las sensaciones eran
que está vez no se me iba a escapar.
Y el día del maratón, todo salió como quería, fui clavando todos
los kilómetros entre 4:05-4:10, los bloques que manejaba en mi cabeza de
6k siempre por debajo de 25min. Pasando la media en menos de 1h27:30,
muy concentrado en beber y comer cuando tocaba.
Y así hasta el 36k, ni hubo muro, ni vino el del mazo. Pero entonces
pensé que en ese momento aún yendo a 5min/km iba a bajar de tres horas,
ese pensamiento me dió mucha tranquilidad pero creo que hizo que no me
exprimiera al final y que simplemente fuera
disfrutando lo que estaba viviendo, los últimos metros fueron
inolvidables, alcanzado los brazos, emocionado, feliz.
Agradecer a mis amigos, los zizurkil Runners; Buitre, Gas, David,
Tavi, Isma, Pedro (que no pudo venir a correr, pero estuvo entre
nosotros muy presente) y José, mi dorsal era su fecha de nacimiento,
nunca lo olvidaré 2511. A mi familia, que me dan la
estabilidad que necesito. A mis compañeros de mi club, me he emocionado
al ver el seguimiento que han hecho en directo de nuestro maratón,
impresionante. Y también a todos aquellos amigos que me han dado fuerzas
y me han mandado mensaje o me han llamado estos
días. Muchas gracias a todos!!!
Reto conseguido y ahora a descansar, disfrutar, asimilar lo que he
hecho en Valencia y empezar a preparar nuevos retos porque las ilusiones
ya se están empezando a reciclar.
PD. Por cierto acabar un maratón y bañarse en la playa a 1 de diciembre, no tiene precio.
viernes, 1 de noviembre de 2019
Los colores del Otoño - Hayedo de Tejera Negra
Ya hacía tiempo que quería ir al Hayedo de Tejera Negra, ya que desde mi etapa del instituto no lo había visitado. Y que mejor momento que éste, cuando los colores del otoño nos regala unas imagenes increíbles.
Guadalajara tiene muchos tesoros y sin duda este es uno de ellos, una maravilla de la Naturaleza, que tenemos a un ratito de coche. Cuantas veces nos vamos lejos buscando lugares bonitos que podemos encontrar mucho más cerca de lo que pensamos.
Necesitaba pasar un día sin móvil, de respirar aire fresco, de volver a volar, de desconectar, de pensar o de no hacerlo, simplemente vivir, andar, mirar, oir. La vida es más simple de lo que parece, pero muchas veces nos encargamos cada día en complicarla.
Adentrándome en el Hayedo por la Senda del Robledal, volví a cargar las pilas y todo lo que viné a buscar lo encontré. Como la gente llega en coche hasta lo que es el comienzo del Hayedo y su senda circular de Carretas, toda esta primera parte pude conectar con la Naturalez sin gente, en paz.
Y así llegué hasta el Hayedo y ni el cielo encapotado, ni la lluvia, ni nada, me quitó la sonrisa de la cara, porque me sentía feliz.
miércoles, 23 de octubre de 2019
La semana Cervantina, vestidos de Cervantes
Por fin he sacado un rato para
actualizar el blog, con lo vivido el pasado 12 de Octubre, aprovechando la
Semana Cervantina de Alcalá de Henares, que conmemora el nacimiento de Miguel
de Cervantes, nos fuimos la familia a pasar el día a Alcalá, pero no valía con
ir de cualquier manera, se me ocurrió que podríamos ir disfrazados de Cervantes…
No todo puede ser trabajar, madrugar,
quebraderos de cabeza o entrenar, en esta vida tiene que haber tiempo para todo
y sin duda nos echamos unas risas increíbles, ataviados con los trajes de la
época. Nos pidieron fotos, porque por mucho que fuera el mercado medieval, no
pasábamos para nada desapercibidos.
Y lejos de todo, lo más
importante, vivimos un día en familia magnífico, mi madre no conocía a penas
nada de Alcalá, nunca la habíamos traído a hacer turismo y a pesar de vivir tan
cerquita durante tanto tiempo, no había entrado en ninguno de los sitios
característicos de la ciudad.
Comenzamos el tour, con la
Universidad, la verdadera complutense, una maravilla llena de historia; su
fachada, el Cardenal Cisneros, sus patios y el Paraninfo, donde se entregan los
premios Cervantes. Una verdadera joya.
De allí subimos a la Torre de lo
que queda de la Iglesia Santa María y entramos en la Capilla del Oidor, donde
se encuentra la pila bautismal de Miguel de Cervantes.
Después un paseo por la feria,
una cervecita por los puestos y comer en una de las tabernas típicas de la
calle Mayor, para mí una de las calles más preciosas no solo de Alcalá sino de
toda España, llena de curiosidades, como las mirillas de las casas que aún se
conservan en alguno de los soportales.
Trás comer, visitamos la Catedral
Magistral de los Santos Niños, subiendo hasta lo alto de su torre y contando a
mi familia un poco de la historia de los niños Justo y Pastor, que fueron
asesinados por no negar su fe cristiana.
Para acabar visitamos el Palacio
Arzobispal, donde se estaban celebrando las peleas de caballeros.
Un día inolvidable, que poder
compartirlo con mis padres y verles tan bien con el año que hemos pasado tiene
aún más valor para mí. Sin duda, no hay
que irse muy lejos para vivir momentos únicos, al final estar disfrazados de
Cervantes, solo fue una anécdota. Lo importante como siempre de estos días el
saquito lleno de recuerdos que nos traemos.
domingo, 6 de octubre de 2019
En un lugar de la Mancha
"En esto, descubrieron treinta o cuarenta molinos de viento que hay en aquel campo; y, así como don Quijote los vio, dijo a su escudero:
–La ventura va guiando nuestras cosas mejor de lo que acertáramos a desear, porque ves allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren treinta, o pocos más, desaforados gigantes, con quien pienso hacer batalla y quitarles a todos las vidas, con cuyos despojos comenzaremos a enriquecer; que ésta es buena guerra, y es gran servicio de Dios quitar tan mala simiente de sobre la faz de la tierra.
–¿Qué gigantes? –dijo Sancho Panza.
–Aquellos que allí ves –respondió su amo– de los brazos largos, que los suelen tener algunos de casi dos leguas.
–Mire vuestra merced –respondió Sancho– que aquellos que allí se parecen no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos son las aspas, que, volteadas del viento, hacen andar la piedra del molino.
–Bien parece –respondió don Quijote– que no estás cursado en esto de las aventuras: ellos son gigantes; y si tienes miedo, quítate de ahí, y ponte en oración en el espacio que yo voy a entrar con ellos en fiera y desigual batalla.
Y, diciendo esto, dio de espuelas a su caballo Rocinante, sin atender a las voces que su escudero Sancho le daba, advirtiéndole que, sin duda alguna, eran molinos de viento, y no gigantes, aquellos que iba a acometer. Pero él iba tan puesto en que eran gigantes, que ni oía las voces de su escudero Sancho ni echaba de ver, aunque estaba ya bien cerca, lo que eran; antes, iba diciendo en voces altas:
–Non fuyades, cobardes y viles criaturas, que un solo caballero es el que os acomete."
Miguel de Cervantes
¿Estaba Don Quijote loco?¿Eran gigantes o eran molinos de vientos? ¿Qué veian sus ojos? ¿Era locura o realidad?
Bendita locura que nos permite volar, nos hace soñar con los ojos abiertos, nos permite vivir de una ilusión o simplemente luchar por aquello que queremos. Quizás Don Quijote estaba más cuerdo de lo que pensamos y somos nosotros los que nos estamos volviendo locos, no sé..
... pero yo ayer ví a los gigantes, alli estaban, eran ellos, grandes, coronando y vigilando la Mancha.
martes, 6 de agosto de 2019
Conociendo China
No sé qué me trajo a China, quizás solo el deseo de seguir conociendo
maravillas del mundo y ahora que estoy en un momento de mi vida que me
lo puedo permitir, me fue picando la curiosidad de conocer el gigante
asiático y visitar la muralla china, además de
otras zonas del país.
Tras mirar distintos viajes de agencias y enganchar a mi aventura, a
Pilar, una de las chicas del viaje a la India del año pasado, decidimos
adentrarnos en el país por nuestra cuenta, organizando todo a
nuestro antojo.
Viajar a China no es fácil, conseguir el visado, el problema del idioma
(a penas saben inglés), la distancia, ...pero todos los obstáculos se
fueron salvando, disfrutando de una experiencia inolvidable.
Pekín
La capital de China es una ciudad inmensa, de distancias eternas, con
mucho calor en estas fechas del año y llena de gente que salían como
hormiguitas de cualquier sitio.
Me llamó mucho la atención ver qué no hay mucha diferencia en la
sociedad de Pekín con la nuestra, vestimos igual, vamos con el móvil de
un lado a otro igual, mismas tiendas, los atascos, las prisas,... sino
fuera por las diferencias étnicas, podríamos pensar
que es igual a cualquier capital europea.
Tras un largo viaje de 11 horas, enlazamos un día con el siguiente y
comenzamos a visitar la ciudad, comenzando por la Ciudad Prohibida, qué
de gente, qué locura, un verdadero agobio, que se incrementó cuando nos
dijeron que no quedaban entradas para ese día
y que teníamos que reservar para otro día por internet. Entre el calor,
el cansancio, el sentirnos abrumados entre tanta gente pasamos un rato
complicado que poco a poco se fue disipando.
Como ya estábamos por esa zona visitamos un par de parques desde los que
se divisan las mejores vistas de todo el complejo de la ciudad
Prohibida.
Por la tarde noche, visitamos una de las calles más comerciales de la
ciudad,Wangfujing, llena de tiendas y puestecillos. Tenia miedo de las
comidas por aquí pero el primer día me hizo perderlo por completo porque
la comida china estaba riquísima, llena de
variedad, sin necesidad de comer excentricidades.
El segundo día me encantó, por la mañana visitando el Palacio de Verano,
una verdadera maravilla, con un conjunto de templos sobre la montaña,
hasta llegar a un lago inmenso que paseamos casi por completo y cruzamos
en barca. Sin ninguna duda es el sitio más
hermoso de todo Pekín.
Por la noche ese día vimos la villa olímpica con el fabuloso estadio,
conocido como el Nido, la iluminación por la noche es una verdadera
pasada.
El tercer dia, llego el momento de visitar la muralla China, decidimos
ir a una zona un pelín más alejada de Pekín pero que no tiene tanta
saturación de gente y fue todo un acierto. Negociamos el precio con el
taxista que nos esperaría a la vuelta para traernos
de vuelta a Pekín.
La muralla es increíble, inmensa, en un entorno de montañas precioso. La
alcanzamos en un teleférico y luego a nuestras anchas, fuimos subiendo y
bajando por ella hasta perdernos en una zona ya menos turística en la
que la naturaleza ha ido engullendo a la
propia muralla. Fue impresionante!!Como impresionante la bronca que nos
echó el taxista que nos esperó tres horas más de lo que le dijimos.
Esa noche, nos adentramos en otra zona super animada de Pekín, la calle Qianmen. El momento de la fuente de música fue precioso.
Nuestro cuarto y último día en Pekín, lo aprovechamos para ver al fin la
ciudad prohibida, aunque cualquiera que venga a Pekín este sitio será
un imprescindible en su visita, debo reconocer que me defraudó y solo
sentí una abrumadora sensación de estar rodeado
de miles y miles de personas.
Antes de poner rumbo al aeropuerto visitamos el Templo del Cielo y una
fabuloso lago que teníamos al lado del hotel, que me pareció un
verdadero oasis en mitad de la locura de esta ciudad.
Yanshuo
China es casi como un continente y las distancias entre zonas es
bárbara, por lo que fuimos en avión hasta Guillin, para conocer una zona
menos famosa de China pero que me dejó unas ganas inmensas de volver y
pasar más tiempo por la preciosidad de todo el entorno.
Yanshuo es un pueblo rodeado de montañas, pero no unas montañas
cualquieras son unas montañas redondeadas como las que salían en bola de
dragón por eso mucha gente las conoce como las montañas de Goku.
Es un sitio mágico y si no lo crees busca Yanshuo en Google y verás como no exagero.
El primer día allí, nos alquilamos unas bicis y fuimos recorriendo el
río Yulong, entre las montañas, viendo una China mucho más rural, con
campesinos trabajando el campo y unos paisajes únicos. Nos bañamos en
varias zonas del río, vimos las balsas de bambú
que llevan a muchos turistas río abajo, rescatamos a una China de las
aguas y sobre todo llenamos nuestras retinas de imágenes mágicas, que
seguirán en nuestro recuerdo durante mucho tiempo.
Me llamó la atención como por esta zona nos cruzábamos más con turistas
occidentales que de China, es como que que el turista chino no relaciona
el ocio con el ejercicio físico o no terminan de valorar la preciosidad
de esta zona.
Si sorprendente fue lo que vi de día, sorprendente también fue lo que vi de
noche, porque no me lo esperaba nunca, la calle West Street de Yanshuo
albergaba una inmensidad de puestos, tiendas, restaurantes, bares con
música en directo, discotecas, un ambientazo
descomunal. De verdad tenéis que verlo para creerlo.
El segundo día, contratamos el famoso crucero que recorre el Río Li,
entre sus meandros y montañas. Una verdadera delicia, pero lo que nos
costó subirnos al barco con la seguridad que podríamos movernos
libremente por sus terrazas para poder hacer fotos. Cosas
del idioma.
El tercer día, volvimos a coger unas bicis y vimos una de las zonas más
famosas de Yanshuo el MoonHill, una colina con un agujero en el centro
en forma de luna de allí su nombre, un rincón único.
Y de allí las
sorpresas continuaron en la visita a las Walter
Cave, unas cuevas dónde pudimos bañarnos en barro y relajarnos en unas
pozas de agua caliente increíbles, vaya Spa dentro de una cueva. Una
experiencia única.
Shanghái
Llegamos a dormir a Shanghái y la primera imagen del hotel fue
maravillosa, una ventana grandísima que ocupaba por completo un lado de
la habitación con unas vistas espectaculares.
Ya al siguiente descubrimos que desde el hotel podíamos ir caminando a
gran parte de los atractivos de la ciudad lo que nos daba una libertad
que no tuvimos en Pekín, aquí las distancias no eran tan enormes. Del
hotel salimos rumbo al People Square la plaza
más característica de la ciudad y de allí al Bund, sin duda la zona
más mágica e icónica de Shanghái, al poder ver todos los rascacielos que
caracterizan la ciudad.
Reconozco que soy mucho más de edificios antiguos que de la grandeza de
los rascacielos pero la estampa de Shanghái era realmente hermosa.
Por la tarde tras correr un poco, vimos por primera vez la ciudad
iluminada por la noche, las calles más comerciales, llegando de nuevo a
la zona del puerto. Vaya pasada, que combinación de colores, luces,
imágenes. Es algo distinto a todo lo demás. Maravilloso.
Al día siguiente visitamos la zona de los jardines de Yuan Yuan, con
muchos bazares a su alrededor y unos puentes, agua, piedras, templos,
realmente bonitos.
Por la tarde nos esperaba el clásico free tour que me gusta hacer
siempre que llegó a una ciudad, en esta ocasión no lo había en
castellano, teniéndonos que conformar con hacerlo en inglés, que con la
poca gente que sabe hablarlo ya era un logro. (Incluso en
las recepciones de los hoteles teníamos que tirar habitualmente del
Google Translator, para preguntar en chino cualquier cosa).
El tour fue bastante entretenido y coincidimos con un buen grupito de
españoles que como no podía ser de otra forma terminamos en un bar
tomándonos unas cerves.
El tercer día, intenté en vano bañarme en alguna piscina por la mañana
ya que las horas centrales del día estaban siendo insoportables, pero no
hubo forma.
Por la tarde nos fuimos a subir uno de los rascacielos de la ciudad para
ver Shanghái desde las alturas. Desde allí vimos una puesta de sol
magnífica y como las luces volvían a llenar de vida la ciudad, fue una
experiencia preciosa. Eso sí, las luces sólo están
encendidas hasta las 23h. Aquí se van a dormir muy pronto..
Suzhou
Por la mañana del día siguiente nos pusimos rumbo a Suzhou, una ciudad
cercana a Shanghái que se conoce como la Venecia asiática.
Algo se parece porque tiene bastante canales, puedes montar en una
especie de góndolas de seis plazas que nosotros compartimos con una
familia de Honk Kong y está llena de puentecitos. En especial en una de
sus calles más comerciales.
Al margen de la zona de canales,visitamos varios jardines preciosos,
llenos de lagos, puentes, templos, una pagoda y la zona amurallada.
Sin ninguna duda merece la pena pasar un día por aquí si tienes tiempo.
Una ciudad mucho más calmada que Shanghái de ambiente universitario con
rincones encantadores.
Hangzhou
Nuestro último destino era Hangzhou. Otra ciudad cercana a Shanghái,
conectada fantásticamente por medio del tren de alta velocidad.
Si por algo destaca Hangzhou es por su lago, el lago del oeste, una
verdadera maravilla. Y a su alrededor un eterno parque donde se hacen
miles de actividades, como bailar, taichi, actuaciones en directo...mi
compañera de viaje fue buena protagonista entre
los chinos y sus bailes. Visitamos una isla en el centro de lago y pude
correr por sus orillas a la mañana siguiente.
Y así termina mi historia por el gigante asiático, dos semanas
inolvidables, visitando muchos sitios preciosos, con miles de anécdotas,
los problemas con el lenguaje, las comidas siempre en sitios locales
normalmente riquísimas, sin saber con seguridad lo que
pedíamos, lo amable y serviciales que son los chinos, y también lo
guarros que pueden llegar a ser escupiendo, las mil y una fotos de esta o
de aquella manera que nos hemos hecho y la de fotos que nos han pedido
hacernos con ellos, al vernos diferentes, los helados, ...
Una experiencia única que espero haya sido también especial para mí
intrépida compañera de viaje, Pilar, que sin apenas conocernos hemos
sabido llevarnos muy bien o eso creo, a pesar de las dudas de los
primeros momentos.
Ahora vuelta a la vida real, los entrenamientos, el trabajo, pero el verano continúa y habrá que seguir disfrutando.
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