Como regalo de 18 cumpleaños de mi sobrino Carlos y siguiendo la
tradición que ya comencé con su hermana, el verano del año en el que
cumplen 18 años me voy de viaje con ellos. La verdad que muchos pensaran
"vaya regalazo", pero sin ninguna duda el regalo es
para mí por vivir unos días inolvidables con mi sobrino.
El destino nos trajo a Ibiza y descubrimos un paraíso más de nuestro país.
Nunca había visto un agua tan preciosa, ese color
paradisíaco hace que las calas de Ibiza sean mágicas, visitamos
tantas...Cala D'hort, Cala Bassa, Cala Conta, Cala Tarida..
todas tan bonitas.
En cada playa, siempre había momento para todo, contemplar las "vistas",
fotos, llegar hasta la bolla, comprobar lo profundo que estaba el
suelo, correr para ver quién llegaba el primero aquí o allí, para
saltar, para divertirnos, para vivir, para llenar nuestra
vida de momentos que espero queden en mi recuerdo y en el de mi
sobrino.
Y las puestas de sol, de entre todas ellas sin duda la de cala Benirras,
de las mejores que he visto en mi vida, que bonito es Ibiza.
Un día nos fuimos a Formentera, allí nos alquilamos una bici y de aquí
para allá pedaleando. Si increíbles eran las playas de Ibiza, no sé si
alguna vez veré algo igual a Cala Saona.
Como no, en Ibiza había que salir de marcha, elegimos ir a Amnesia a una fiesta de la espuma, como nos pudimos reír ese día.
La isla es preciosa, Dalt Villa, su muralla, las casitas blancas, el
puerto, las montañitas, comer los bocadillos de San Gertrudis, la paella
del Carmen en Cala D'Hort, recibiendo visitas y visitando a amistades
que la vida te va regalando y entre todos los
lugares uno, las vistas del Es Vedra. Cuántas cosas, cuántos momentos.
Unos días mágicos, celebrando los 18 en Ibiza de mi sobrino. El mejor de los regalos.
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