viernes, 6 de diciembre de 2024

Niza: La vida debe continuar



En esta montaña rusa de emociones y sentimientos que atraviesan mis días, en la que me cuesta todo tanto, momentos así son lo que necesito para hacerme ver que la vida debe continuar y que aunque ya nada será igual en mi camino por la vida, hay muchos motivos por los que seguir riendo, disfrutando y manteniendo una ilusión.


 

Ha sido el primer viaje con Triana mi sobrina pequeña, elegimos Niza porque era una ciudad que no conocía y que ya en estas fechas del año podría aunar buenas temperaturas y visitar algún mercado navideño por Europa.



La ciudad ha sido todo un acierto, su largo paseo, subir a la colina del castillo, donde las vistas de la ciudad y la costa son preciosas, (pero ni rastro del castillo), las letras de Niza, la cantidad de restaurantes, muchos de ellos italianos porque en el pasado la ciudad pertenecía a uno de los reinos que terminaron conformando la actual Italia.

 



En el centro de la ciudad, en la plaza de Massana, se ha montado un espectacular mercado navideño, con puestecillos, atracciones y una gran noria, que hacían las delicias de los más pequeños y no tan pequeños.


Como no, hicimos un free tour de la ciudad, para conocer un poco de la historia de la ciudad, la diosa Nike, Apolo, los trampantojos, Garibaldi y otras anécdotas de la ciudad.


Uno de los días nos desplazamos a Mónaco-Montecarlo, ahí todo era lujo, cochazos y muchas cuestas porque la ciudad está entre montañas. Vimos el cambio de guardia en el palacio de los príncipes, contemplamos las vistas hacia el puerto de Hércules, el museo oceanográfico, paseamos por las calles de lo que se convierte en un espectacular circuito de Fórmula 1 y llegamos al Casino, donde el lujo y el juego se juntan en una combinación explosiva.





 
Ya el último día paseamos por la catedral rusa y por la playa que aunque tenga un color azul espectacular está completamente llena de piedras, parece mas estar en un rio que en una playa de las que estamos acostumbrados en España.




Buenos días por Francia, conociendo la Costa Azul, disfrutando del sol en Diciembre y cambiando un poco los aires, que tras los últimos meses falta hacia. 

domingo, 8 de septiembre de 2024

La despedida



En estas fechas cualquier otro año estaría hablando de mis viajes, pero este verano todo ha sido diferente y las palabras que me salen están llenas de dolor, tristeza y vacío.

El 14 de agosto, se nos fue de manera totalmente inesperada, mi madre, la Lola.


Es difícil de expresar los sentimientos que pasado los días afloran por mi cuerpo, me cuesta estar bien, me despierto en mitad de la noche y la echo de menos, aún hay veces que pienso que esto no ha pasado, que todo es un sueño, pero la realidad es la que es y no volveré a besarla, a desahogarme de cualquier cosa que me rondara la cabeza, de disfrutar de sus comidas, de pasear cogido de su mano, de ver una serie o una película juntos o de disfrutar de viajar a su lado.


He tenido la suerte de tener como madre, a una persona que me ha transmitido unos grandes valores y que he tenido muy cerca siempre, hemos vivido tanto juntos que quizás por eso ahora mismo me siento con ese vació tan grande, pero con el tiempo seguro que me queda todo lo bueno que hemos vivido, además se ha ido sin hacer ruido, rápido, sin ser una carga para nadie, dándonos servicio hasta el último día, tomándose un helado como cada noche en la Heladeria de Jose y bañándose en la curva de Lo Pagan, unas horas antes de su adiós.

Si echo la vista atrás, los recuerdos son infinitos, pero quiero recordar algunos de ellos, como nuestro viaje a DisneyLand Paris para celebrar la comunión de Miriam, el paseo con ella hacia la Torre Eiffel, el destelleo de sus luces al caer la noche y nuestro primer crepe en el Sena.



Con ella, también me fui a Lisboa, Fátima y Oporto, fue una experiencia increíble, porque fue el primer viaje que hacíamos solos los dos, en un momento en el que yo no estaba muy bien anímicamente y fue la mejor compañía posible, para estabilizarme.





Y así una lista larguísima de escapadas, comilonas, teatros, cines, hasta nuestro gran viaje a Tierra Santa y Jordania, el verano pasado. Toda la gente me decía que pedazo de regalo le estás haciendo a tu madre, acompañándola en este viaje, pero el verdadero regalo me lo hizo ella, porque en esos días brilló como nunca.



Nuestra última escapada juntos, fue a Granada en el diciembre pasado, fue la primera persona de mi familia que la dije que me iba a casar, recuerdo su cara de ilusión al decírselo, que se fue convirtiendo en preocupación cuando la comentaba que la boda tendría que ser para Mayo Junio del 2025, para prepararlo todo con calma, y ella me dijo “ay nene, porque esperar tanto, a ver si me va a pasar algo y no voy a llegar, que ya soy muy mayorcica”.


Ese era mi mayor miedo, que alguno de mis padres faltasen ese día tan especial, pero la realidad es que he crecido con ese miedo desde siempre, mi madre me tuvo con casi 44 años de edad, ya le dieron la opción de abortar, porque ya era hipertensa cuando se quedó embarazada y con su edad, había riesgo para ella, pero por suerte aquí estoy yo. El caso es que siempre decía, que si me vería haciendo la comunión, que si me vería con 18 años, que si me vería trabajando y al final solo le faltaron 10 meses, para verme también casado.


Aunque quiero pensar que se fue sin sufrir, sin que fuéramos testigos de un deterioro de una larga enfermedad, sin ser una carga para nadie, la verdad es que me imaginaba que se moriría de “viejecita” en su camita, cuidándola y devolviéndole de alguna manera el servicio que nos ha brindado siempre, pero no ha podido ser, se ha ido sin podernos despedir de ella, sin decirla una vez más todo lo que la quería, sin darle las gracias por regalarme mi vida y ayudarme a ser la persona que soy y no se pudo ir feliz del todo, porque yo sé que quería acompañarme hasta al altar y la vida nos ha robado un momento que por mucho que intente mirar adelante y hacer que siga siendo especial, ya no será igual.


Pero ahora más que nunca, por ella, debo intentar estar bien, volver a sonreír, volver a viajar, volver a disfrutar de la vida, hasta el final, como ella hizo.

Se nos fue a los 84 años de edad y me dio la vida en el 84, coincidencias del destino…

Durante su último cumpleaños

Siempre la tendremos muy presente en nuestro día a día y con estas palabras, mi blog, mi vida, me imagino un día de mayor, releyendo mis andanzas, topándome con este relato, recordando un momento personal triste, del que tengo que reconstruirme, aprender a vivir con un vacío, a continuar mi senda, mi camino.

Seguro que llega ese día y me diré, Madre lo he conseguido. Gracias por darme y enseñarme tanto.

Nuestra última foto juntos

sábado, 6 de julio de 2024

México: una semana por Riviera Maya

Solo unos días antes del aparatoso accidente con la bici volvía todo feliz de mi viaje a México. Pero bueno la vida tiene estás cosas jejejeje.




Con cuatro años de retraso llegó el viaje que tenía planeado justo cuando comenzó toda la pandemia, Riviera Maya, para disfrutar del Caribe y conocer otra de las maravillas del mundo, el Chichén Itzá

Ha sido una semanita maravillosa con mi sobrino Carlos, intentando aguantar su ritmo, con excursiones preciosas y disfrutando de las instalaciones de un hotel Viva Maya, del que nos traemos un gran recuerdo en especial de su grupo de animadores.

El viaje comienza con un largo vuelo de 10h de la compañía Iberojet, con el fuimos alargando el día, saliendo a las 15:30 hora local de España y llegando a las 18:30 de Cancún.

La primera sensación al pisar suelo mexicano fue el calor, la humedad. Localizamos nuestro transfer al hotel situado en la zona de playacar, en un traslado demasiado largo por unas chicas que por intentar ahorrarse un dinero, nos hicieron dar un periplo por medio Playa del Carmen.

Llegué zombie al hotel, pero luego por los efectos del jet lag, me desperté prontisimo y eso tuvo premio, ver uno de los amaneceres más bellos de mi vida en el Mar Caribe.



Ya el primer día teníamos excursión contratada para ver Tolum, Coba y bañarnos en un cenote. Fui un día muy completo, muy bien organizado por la empresa.
Donde nos recalcó que el uso del baño del autobús solo podía ser usado para llamadas nacionales, nada de llamadas internacionales jajajajaja.

La primera parada en Tolum, nos introdujimos en la cultura maya, su calendario, la forma de representar los números y unos templos preciosos con el Mar al fondo, en una estampa maravillosa.




La segunda parada nos llevó a Coba, otra ciudad Maya, con una gran cantidad de templos en la que en unos de mis intentos de realizar una foto volando, acabé aterrizando contra el suelo y nuestro guía todo un crack él, me suelta "Como sigas bailando así conseguirás que llueva", jajajaja.

En esa parada otra anécdota fue la carrera con los taxi bicis, donde nuestro conductor se dejo la vida por llegar el primero.

Coba, estaba en mitad de la selva con algunas pirámides grandísimas que hasta hace unos años podían ser subidas pero que por motivos de seguridad y para mantener el patrimonio se ha prohibido llegar hasta lo más alto.




Para acabar esta fabulosa primera excursión terminamos en un cenote, donde tras comer pudimos nadar en una de estas fabulosas cavidades de agua que inundan la península del Yucatán, una experiencia increíble.





Al siguiente día tocaba hotel, impresionante la cantidad de actividades que se podían hacer y como niños que nos lo pasamos, dardos, fútbol playa, kayak, aquagym. Vamos que nos pasamos el día jugando y eso nos hizo empezar a integramos entre los animadores, que fuéramos por donde fuéramos decían España.

El jueves tocaba el plato fuerte del viaje, visitar una de las siete maravillas del mundo, el Chichén Itzá, pero antes de llegar, nos bañamos en un cenote espectacular en el que bajábamos por una escalera a una cavidad muy profunda desde donde disfrutamos de un baño maravilloso, saltamos, grabamos videos con la GoPro, nos comían los pececitos los pies. La verdad que algo único estos baños en los cenotes. Antes de dejar este cenote, estuvimos en una degustación de tequila, donde nos dieron unos chupitos de diferentes tequilas de sabores, que estaban deliciosos.





Seguimos el viaje, con una pequeña parada por el Valladolid de aquí en México y ahora sí llegamos al Chichén Itzá.




En realidad el nombre no se debe a la pirámide icónica de los mayas, sino a todo el poblado, en donde hay muchos edificios de su civilización, como el campo de pelota y si, la famosa pirámide (Templo de Kukulcán). Que fotografiamos desde todos los lados y jugamos con nuestras palmas para escuchar el singular eco que se produce en la pirámide.



En el autobús de vuelta , fui consciente que me quedan solo dos de las siete maravillas del mundo. Ya he visto el Coliseo de Roma, el Taj Mahal de la India, la muralla China, la puerta de Petra en Jordania y ahora está. Es difícil de poder comparar y entiendo que el valor de esta maravilla no radica tanto en su belleza o magestuidad sino en la perfección de una cultura, la Maya, donde su máximo exponente y resquicio es el Chichén Itzá.

No recuerdo en qué noche, partizamos en un concurso de karaoke, con lo que ya no solo los animadores nos llamaban España por el hotel sino también mucho de los huéspedes.

Los días en hotel, la verdad terminaban siendo entretenidisimos, probando juegos nuevos, bailando, billar, futbolín, un día el gym, baños en la playa o en la piscina. La primera cena temática que tuvimos, fue súper especial, bueno realmente fue casi merienda porque nos tocó reservar super pronto pero nos recibieron con un cóctel de bienvenida, de un margarita de fresa que terminó siendo la bebida del viaje.


El sábado teníamos otra excursión a isla mujeres pero por las condiciones climatológicas nos avisaron el día de antes que el puerto estaría cerrado, por lo que tuvimos que cambiar de plan y aprovechar ese día para visitar la quinta avenida de playa del Carmen y hacer las típicas compras del viaje.



La última noche, teníamos cena temática en otro restaurante, no nos gustó tanto como el primero, pero fue el comienzo de una larga noche de margaritas que acabó a las tantas en la playa, con el de seguridad diciéndonos que no nos metiéramos en el agua.

El domingo, aún dio para hacer cositas, despedirnos de nuestros animadores, ver a España y terminar encontrándonos con nuestro compi del club de atletismo Javi en el aeropuerto.



La verdad han sido siete días impresionantes, que espero que también lo hayan sido para Carlos, ahora toca volver unos días a la rutina, antes de pillar las vacaciones largas,  con una sensación de oye que me quiten lo bailao.

...

Ains quien me diría que solo 4 días después de volver estaría en el hospital...las vueltas que da la vida