Recuerdo muy bien ese año, 2002, fue año muy
difícil en muchos aspectos, pase uno de los momentos más tristes de mi vida, al
despedirme de una de las personas que más había marcado mis 18 añitos que tenía
por entonces. Tardé mucho tiempo en superarlo, porque con la edad que tenía, en
segundo de bachillerato a unos meses de realizar la selectividad todo parecía
ponerse en mi contra.
Pocos meses después una compañera de clase,
decidió dar un giro un increíble en su vida y también se alejó de nosotros y
todo junto hacía que viviera una época de demasiado inestabilidad que me hacía
dudar de todo en la vida.
Fue entonces, cuando con el de objetivo
alcanzar la nota que quería para comenzar mis estudios, me metía en mi burbuja y
salía solo de ella para evadirme con un sentimiento que la mayoría no
entenderán pero que marcaba más que nunca en esa época mi estado de ánimo, era
mi sentimiento madridista.
Doce años han pasado desde entonces, doce
años en los que la vida me ha tratado muy bien, donde la familia no ha dejado
de crecer, años en los que hemos disfrutado con los éxitos de España, pero en
los que el Madrid en su competición, no ha hecho más que coleccionar fracasos,
construyendo a base de talonario una y otra vez un equipo para ganar la décima,
pero sin llegar nunca a jugar una final mas.
Ahora, tras doce años, el Madrid puede volver
a ganar una Copa de Europa, y el destino ha querido que la final sea frente al
Atlético de Madrid, la primera final de la historia de dos equipos de la misma
ciudad, un equipo el colchonero, que por
la temporada que lleva y por el presupuesto que tiene puede conseguir uno de
los hitos más increíbles de la historia del fútbol.
Yo quiero la décima, por qué lo siento, vivo
unos colores, me emociono cuando escucho a Plácido Domingo cantar el himno,
cuando veo el gol de Zidane, el del Pedja, el aguanis de Raúl, porque creo que
ya ha llegado el momento. Si ganamos estaré feliz y si no, me sentiré igual de
madridista que siempre y felicitaré a aquellas personas que vivan el éxtasis de
la felicidad a costa de nuestra pena, porque si algo me ha enseñado la vida, es
que el deporte, es una vía de escape increíble donde las alegrías de unos
conllevan las lágrimas de otros. Vivamos este momento histórico con rivalidad
pero con respecto, enseñemos al mundo todo lo bueno que Madrid tiene y que gane
el mejor.
#Respect #RoadtoLisbon
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