La excursión de la siguiente tarde me llevo
hasta Plentzia, última parada de la línea 1 de metro y quizás demasiado lejos
para pasar solo una tarde, ya que es más de una hora de viaje.
Bañada por el río Butrón, a nuestra llegada
se vislumbra un magnifico puente que cruza el río y un fabuloso paseo a uno de
sus lados, desde el que podemos visitar las calles del casco Antiguo, que
coronan en la plaza de la Iglesia, rodeada de unas pintorescas fachadas que le dan un toque peculiar.
Si algo destaca Plentzia es por el mar, su
puerto marítimo termina en una larga playa, sin duda la más amplia y hermosa de
todas las vistas en Vizcaya, apetecía
bañarse, pero el agua estaba realmente fría, así que me tumbe en la fina arena
hasta que el sol se comenzó a poner entre la montaña donde el rio desemboca,
creando una hermosa bahía. Mar
montaña y la fusión del Butrón lo convierten un
paraje que bien merece la pena visitar.
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