En estas semanas compulsas con
todo lo que está aconteciendo en el mundo, no soy capaz de mirar hacia otro
lado y en mitad de la repulsa total a cualquier acto violento y en especial a
cualquier acto terrorista como los acaecidos en París, piensas sobre que motiva
al hombre a practicar la violencia.
Siento que es un problema de
base, de la educación, de la falta de valores en nuestra vida, de sentirnos en muchos
momentos perdidos y dejarnos llevar por unos fanatismos que no nos llevan por
el camino correcto.

En esta ocasión ha sido unos
dibujos de Mahoma caricaturizados lo que ha provocado el incendio en unas
personas que por su fanatismo ya estaban con la llama preparada, nadie debería actuar
así…
Sin embargo y salvando las
distancias, cuantas veces nos ha pasado que un comentario de una persona, en un
ambiente jocoso, en vez de tomárnoslo como lo que es, una broma, nos ha sentado
mal. Hay muchos comentarios que nos
afectan, quizás deberían generar indiferencia o saberles reír la gracia, pero a
veces nos crean un dolor tan grande, que nos hunden y en muchas ocasiones contestas
a ese comentario con aún más contundencia, generando un conflicto, que puede
terminar en violencia.


No sé, por qué actuamos así, pero
no hay nada, pero nada, que justifique la violencia, nada. Pero reflexionemos
un momento, y démonos cuenta que hay una delgada línea entre el respeto y la
libertad, que a veces se traspasa y genera violencia en una serie de personas
fanáticas.
Yo no puedo cambiar el mundo, ni
cambiarte a ti, pero siento que la vida puede ser maravillosa y que los
violentos no tienen cabida en ningún sitio, así que se libre y respeta a los
demás.

Yo soy Charlie, y tú?