miércoles, 23 de octubre de 2019

La semana Cervantina, vestidos de Cervantes


Por fin he sacado un rato para actualizar el blog, con lo vivido el pasado 12 de Octubre, aprovechando la Semana Cervantina de Alcalá de Henares, que conmemora el nacimiento de Miguel de Cervantes, nos fuimos la familia a pasar el día a Alcalá, pero no valía con ir de cualquier manera, se me ocurrió que podríamos ir disfrazados de Cervantes…


No todo puede ser trabajar, madrugar, quebraderos de cabeza o entrenar, en esta vida tiene que haber tiempo para todo y sin duda nos echamos unas risas increíbles, ataviados con los trajes de la época. Nos pidieron fotos, porque por mucho que fuera el mercado medieval, no pasábamos para nada desapercibidos.

Y lejos de todo, lo más importante, vivimos un día en familia magnífico, mi madre no conocía a penas nada de Alcalá, nunca la habíamos traído a hacer turismo y a pesar de vivir tan cerquita durante tanto tiempo, no había entrado en ninguno de los sitios característicos de la ciudad.

Comenzamos el tour, con la Universidad, la verdadera complutense, una maravilla llena de historia; su fachada, el Cardenal Cisneros, sus patios y el Paraninfo, donde se entregan los premios Cervantes. Una verdadera joya.


De allí subimos a la Torre de lo que queda de la Iglesia Santa María y entramos en la Capilla del Oidor, donde se encuentra la pila bautismal de Miguel de Cervantes. 

 
Después un paseo por la feria, una cervecita por los puestos y comer en una de las tabernas típicas de la calle Mayor, para mí una de las calles más preciosas no solo de Alcalá sino de toda España, llena de curiosidades, como las mirillas de las casas que aún se conservan en alguno de los soportales.

Trás comer, visitamos la Catedral Magistral de los Santos Niños, subiendo hasta lo alto de su torre y contando a mi familia un poco de la historia de los niños Justo y Pastor, que fueron asesinados por no negar su fe cristiana. 


Para acabar visitamos el Palacio Arzobispal, donde se estaban celebrando las peleas de caballeros.

 
Un día inolvidable, que poder compartirlo con mis padres y verles tan bien con el año que hemos pasado tiene aún más valor para mí.  Sin duda, no hay que irse muy lejos para vivir momentos únicos, al final estar disfrazados de Cervantes, solo fue una anécdota. Lo importante como siempre de estos días el saquito lleno de recuerdos que nos traemos.

domingo, 6 de octubre de 2019

En un lugar de la Mancha

 

"En esto, descubrieron treinta o cuarenta molinos de viento que hay en aquel campo; y, así como don Quijote los vio, dijo a su escudero:

–La ventura va guiando nuestras cosas mejor de lo que acertáramos a desear, porque ves allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren treinta, o pocos más, desaforados gigantes, con quien pienso hacer batalla y quitarles a todos las vidas, con cuyos despojos comenzaremos a enriquecer; que ésta es buena guerra, y es gran servicio de Dios quitar tan mala simiente de sobre la faz de la tierra.

–¿Qué gigantes? –dijo Sancho Panza. 

–Aquellos que allí ves –respondió su amo– de los brazos largos, que los suelen tener algunos de casi dos leguas.

–Mire vuestra merced –respondió Sancho– que aquellos que allí se parecen no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos son las aspas, que, volteadas del viento, hacen andar la piedra del molino.


–Bien parece –respondió don Quijote– que no estás cursado en esto de las aventuras: ellos son gigantes; y si tienes miedo, quítate de ahí, y ponte en oración en el espacio que yo voy a entrar con ellos en fiera y desigual batalla.


Y, diciendo esto, dio de espuelas a su caballo Rocinante, sin atender a las voces que su escudero Sancho le daba, advirtiéndole que, sin duda alguna, eran molinos de viento, y no gigantes, aquellos que iba a acometer. Pero él iba tan puesto en que eran gigantes, que ni oía las voces de su escudero Sancho ni echaba de ver, aunque estaba ya bien cerca, lo que eran; antes, iba diciendo en voces altas:

–Non fuyades, cobardes y viles criaturas, que un solo caballero es el que os acomete."
 Miguel de Cervantes

 ¿Estaba Don Quijote loco?¿Eran gigantes o eran molinos de vientos? ¿Qué veian sus ojos? ¿Era locura o realidad?

Bendita locura que nos permite volar, nos hace soñar con los ojos abiertos, nos permite vivir de una ilusión o simplemente luchar por aquello que queremos. Quizás Don Quijote estaba más cuerdo de lo que pensamos y somos nosotros los que nos estamos volviendo locos, no sé..

 

... pero yo ayer ví a los gigantes, alli estaban, eran ellos, grandes, coronando y vigilando la Mancha.