miércoles, 7 de noviembre de 2018

Conociendo el Otoño de Suiza

No tengo muy claro que me terminó trayendo a Suiza, supongo que un poco el destino, el disponer de unos días libres y ponerte a buscar aquellos sitios que aún no has visitado..

 
Así encontré como Swiss la "Iberia" de Suiza, tenía buenos precios para este puente de los Santos, me lié la manta a la cabeza y de nuevo otro viaje en solitario para seguir conociendo mundo.

La experiencia impresionante, Suiza es un país precioso, con mucho más que lo que a priori se conoce como las navajas, los relojes, la puntualidad, el chocolate, el dinero, los bancos o ese poder de grandeza, ...al margen de todo esto también es un lugar que no pensaba que me fuera a gustar tanto y que además en estas fechas otoñales tenía un color inolvidable.
 

Día 1: Zurich
Llegué muy temprano al aeropuerto de Zurich y mientras la ciudad se despertaba para un nuevo día, yo ya estaba llegando a mi hotel. 

De camino un paseo desde la estación central por el lado del río Lemmat que cruza, la capital financiera del país. 

Ya sin maletas, comprobé la grandeza del lago de Zurich, con los Alpes al fondo. Paseé por sus calles, la catedral con sus torres gemelas, sus iglesias con sus grandes relojes y sobre todo el barrio de Lindenhof, donde llegas a una colina incrustada en el centro más antiguo de la ciudad y desde dónde tienes unas bellas vistas al río.

 
Justo después de comer tenía contratado un tour para ver Zurich y sus alrededores, en ausencia de free tour, (cómo iba a ver algo gratis aquí), vi en Civitatis, una excursión que tenía buena pinta, algo caro 52€, pero incluía un paseo en barco por el lago y la subida a un funicular, cómo lo había en español pues adelante. La verdad me esperaba mucho más de la excursión de más de 4 horas, solo las vistas desde una de las colinas que bordean Zurich merecen la pena, ya que se abusa de ir de un lado en otro en autobús y las ciudades para verlas hay que patearlas. Pero bueno pude conocer un poco más de la ciudad, las universidades, crucé el lago en un ferry y la zona donde te lleva el funicular era preciosa.


Día 2: Berna

Una de las ciudades más bellas que he visitado nunca, reúne muchos de esos detalles que hacen que disfrute de una ciudad, un casco antiguo medieval, en una zona elevada rodeada por el meandro del río Aare,  sus calles empedradas llenas de fuentes, los puentes, los tranvías, a penas coches, muy fotografiable desde muchos miradores.

 
Corrí de arriba a abajo sus principales calles, con las galerías llenas de tiendas, de vida, de la zona de la estación y el Parlamento hasta la zona de los osos, pasando por la catedral, el reloj astronómico. 

Sin duda el lugar más bonito es el jardín de las rosas, supongo que en verano será impresionante también por sus flores, pero aún así en la época que estamos, el lugar es mágico con las mejores vistas de la ciudad, una postal de cuento de las que cuesta despedirse y que cuando terminas yéndote aún guardas en tu retina y puedes volver a ver sólo cerrando los ojos.
 

Berna, un lugar inolvidable

 
 

Día 3. Lucerna

A menos de 50 minutos de Zurich llegamos a Lucerna, una de las ciudades más turísticas de Suiza, en forma me recordó mucho a Zurich, su lago, el río que parte del casco antiguo de la ciudad, se le asemeja bastante pero está mucho más pequeña, con un casco antiguo medieval de calles estrechas, llenas de tiendas, que estaban abarrotadas de turistas.

Si algo marca está ciudad es su puente de madera, es uno de esos puntos diferentes que marcan una ciudad y que por ellos mismos merece la pena visitarlos. Sin duda debe ser uno de los monumentos más fotografíados de toda Suiza y es que su encanto es algo único.


Otro de los puntos más emblemáticos es la estatua del león moribundo, escarbada en la roca y con un realismo asombroso. 


 
Del paseo entre sus calles, me encantó la zona amurallada en la que me choqué con una zona deportiva con una pequeña pista de atletismo.

Día 4: Cataratas del Rin

El último día lo quise aprovechar para conocer las cataratas del Rin, que no estaban demasiado lejos de Zurich. Si alguna vez piensas en visitarlas y vienes en tren, piensa que para amortizar la sablada, al tener que sacar un billete de un día para tantas zonas tarifarias, ese mismo billete te sirve para llegar al aeropuerto o moverte por la ciudad.

Las cataratas son increíbles, había leído mucho que si mejor visitarlas de un lado, que si mejor de otro, no dejes de verlas desde cualquier ángulo, pero el mejor sitio para fotografiarlas es desde el frente, donde puedes ver toda la grandeza de este este regalo de la naturaleza.
 
 

Por cierto de ida a Neuhausen, población con parada de tren justo en los pies de las cascadas, tuve el único contratiempo en un tren durante mi estancia en Suiza, al tener que bajarnos e ir en bus por una avería. El resto de los cuatro días es increíble la eficiencia y puntualidad del servicio.

 
Como la excursión me llevó solo la mañana, a mí vuelta a Zurich me dije "qué puedo hacer ahora", pues subir a la colina más alta de Zurich para contemplar las mejores vistas de la ciudad. Utiliberg, y subí y subí, atravesando un bosque de colores, que no me hizo percatarme que iba apareciendo una densa niebla. Cuando llegué al punto más alto, vi que había una torre y seguí subiendo, si soy un poco Forrest Humo a veces, y una vez en lo más alto me vi rodeado de niebla y no pude ver nada. Una lástima, pero en general he tenido mucha suerte con el clima, sin frío, sin lluvia, hasta pude ver el sol la mayoría de días.

Y así acabó mi aventura. Vuelta al hotel y al aeropuerto.

Por cierto, aunque Suiza es caro, hay maneras de comer bastante económico, me encantó conocer la cadena Migros o Coop, una especie de Mercadona o Alcampo de aquí que en la mayor parte de sus tiendas tenía una zona de autoservicio para coger una gran variedad de cosas, tanto los típicos para llevar, como pizzas, hamburguesas, bocadillos, como otros típicos de por aquí y así pude probar bastantes cosas a buenos precios. 

Y para desplazarme entre las ciudades di con la aplicación GoEuro, que consigues ofertas para viajar en tren al mejor precio, no sólo funciona con los trenes de Suiza. Así que sin complicaciones me pude mover en menos de una hora entre Zurich y las ciudades visitadas.
Y si al margen de ver todas estas cosas me dió tiempo a entrenar, que el maratón de Valencia está cada día más cerca.

Vaya maravilla de días por Suiza, no he parado, pero han merecido bien la pena, he visto tantas cosas bonitas, necesitaba unos días así y el recuerdo que me llevo de esta estancia es increíble.