Este pasado sabado tocaba un poquito de naturaleza, no sabiamos si ir a la sierra de Madrid, por Navacerrada o Peñalara, finalmente acabamos en un sitio bastante más cercano de Guadalajara; Pelegrina y puedo decir que mereció la pena.
Se encuentra muy cerquita de Sigüenza y es una pequeña pedanía, dominada por las ruinas de su castillo. Como el día acompañaba eran muchos los excursionistas, que con sus mochilas colgadas se acercaban a la zona, el bar de la localidad esta lleno de gente, preguntamos que ruta era la mejor para hacer, visitamos el castillo y nos pusimos manos a la obra.
La ruta de la hoz va siguiendo el recorrido del río Dulce, con muy buena señalización, cruzamos un hermoso puente que cruza el río y al llegar a una pequeña bifurcación, tiramos por el camino que subía, (el otro seguía paralelo al rió), de esta manera llegamos a ver la caída de agua que podemos contemplar en esta foto.
Nos acercamos a la misma, cruzamos el río por unas piedras y comimos nuestros bocadillos, pegados al saliente por donde las aguas del río dulce se precipitaban al abismo.
Era fabuloso, comer, alrededor de la naturaleza, con el ruido del agua caer, el viento sonando entre las montañás y un sol precioso de Abril.
A la vuelta quisimos,un poco de aventura, en vez de recorrer el camino de vuelta, elegimos desdender la ladera de la montaña, por unas cadenas que hay instaladas, que si entrañan un mayor nivel de dificultad, para llegar a la base de la cascada.
Preciosas las vistas desde aquí.
La ruta de la hoz va siguiendo el recorrido del río Dulce, con muy buena señalización, cruzamos un hermoso puente que cruza el río y al llegar a una pequeña bifurcación, tiramos por el camino que subía, (el otro seguía paralelo al rió), de esta manera llegamos a ver la caída de agua que podemos contemplar en esta foto.
Nos acercamos a la misma, cruzamos el río por unas piedras y comimos nuestros bocadillos, pegados al saliente por donde las aguas del río dulce se precipitaban al abismo.
Era fabuloso, comer, alrededor de la naturaleza, con el ruido del agua caer, el viento sonando entre las montañás y un sol precioso de Abril.
A la vuelta quisimos,un poco de aventura, en vez de recorrer el camino de vuelta, elegimos desdender la ladera de la montaña, por unas cadenas que hay instaladas, que si entrañan un mayor nivel de dificultad, para llegar a la base de la cascada.
Preciosas las vistas desde aquí.
Y para acabar seguimos la senda paralela al rio, para volver sobre nuestros pasos y llegar de nuevo a Pelegrina, en lo que supuso un gran día de Naturaleza, con buena compañia, buenas vistas, en un lugar muy cercano, que hasta ese momento, no sabía que ni existia...Pelegrina.
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