miércoles, 19 de noviembre de 2014

Prueba Esfuerzo – Centro de Medicina Deportiva de la Comunidad de Madrid



Los que nos consideramos deportistas populares, aquellos que compatibilizamos nuestro trabajo con un entrenamiento casi diario, en muchas ocasiones no tenemos  un control médico que nos haga saber si la actividad que estamos llevando a cabo es sana, si estamos preparados a ella o incluso si tenemos alguna anomalía que nos impide practicarla. Por esta razón, mi hermano me regaló una Prueba de Esfuerzo, que determinara mi estado físico actual. 

Son muchas las clínicas o centros deportivos que ofertan este tipo de servicios, entre todos ellos, eligió el Centro de Medicina Deportiva de la Comunidad de Madrid, porque aún siendo algo más caro que otros, se trata de un centro público, con medios técnicos de alta calidad y con personal altamente cualificado y acostumbrado a realizar este tipo de pruebas, ya que es el centro donde gran parte de los deportistas becados de nuestro país se les hace la prueba.  Y desde hace unos años, el usuario de a píe también puede contratar los servicios, previo pago de unas tasas cercanas a los 125€.

El centro de Medicina Deportiva, se encuentra muy cerca del Pirulí y de la M-30, enfrente del Parque Roma, por lo que si vienes un buen sitio para aparcar es el Alcampo, al otro lado de la M-30, te evitarás tener que pagar la zona azul y llegarás en poco más de 5 minutos.

La consulta médica, tiene una duración aproximada de 3 horas y tiene las siguientes partes:

1.       ANTECENTES.
Llegas a la consulta y el doctor, te comienza a preguntar sobre hábitos de salud, como alimentación, horas de sueño, días que entrenas y duración, desde cuando prácticas deportes, etc.

Te preguntas por tus antecedentes personales en enfermedades, operaciones, así como enfermedades que hay o que haya habido en la familia.

2.       EXPLORACIÓN FÍSICA
Cambias tu ropa de calle, por la de entrenamiento y el mismo médico, con ayuda de otro compañero, comienzan a explorarte, pupilas, vista, boca, oídos, tu coordinación…te hacen un recorrido por todo tu cuerpo. Te tumban en la camilla y comprueban tu movilidad y flexibilidad.

3.       ANALISIS COMPOSICIÖN CORPORAL
De ahí te pasan a otra sala, donde están dos enfermeras, que te hacen subirte a una máquina que te pesa, te mide, te calcula tu masa ósea, grasa y muscular.
 
4.       ELECTOGRAFÍA EN REPOSO
En la misma sala, te tumban y te colocan los electrodos para realizarte un electo grama en reposo, también te toman la tensión.

5.       ESPIROMETRÍA
Sales de la sala donde estaban y las dos enfermeras, te llevan a una nueva sala en el piso inferior, donde te espera una tercera enfermera que te prepara para realizar la espirometría con la que te miden tu capacidad pulmonar. La repites en varias ocasiones.

6.       PREPARACÍÓN TEST DE ESFUERZO.
Te vuelven a colocar los electrodos y te preparan una especie de petate, del que salen todos los cables, te lo ajustan con una especie de malla-camiseta como la que se ve en los reconocimientos médicos de los futbolistas y te hacen que respires muy rápidos, como hiperventilando para hacer subir tus pulsaciones hasta un nivel por encima de las 100 pulsaciones. Puedes ver cómo se va imprimiendo un nuevo electo grama, que ya continua el resto de la prueba.

7.       TEST DE ESFUERZO.
Con todo el cableado, te colocan una máscara con un tubo, por el que debes respirar y que medirá tus consumo de oxígeno durante la prueba y subes a la cinta, te explican, como debes correr, que a partir de ahora hablásemos por gestos, que no gastara energías, la cinta iría muy despacito y cada un determinado número de segundos iría más rápido. 

El objetivo es aguantar lo máximo, y como cuando no puedes más, la cinta no se detiene de golpe, practicas la parada, que no consiste más que en abrirse de piernas, dejando correr la cinta en medio, hasta su detección.

No es cómodo, correr en cinta y menos con todo el cableado y el tubo de respiración, pero como empiezas a un ritmo muy cómodo, te vas acostumbrando.
Los médicos no dejan de mirar el monitor y de vez en cuando te preguntan cómo vas, y las enfermeras las tienes a tu lado, animándote como si les fuese la vida, de verdad es increíble como se vuelcan, como te dicen “Vamos David que vas a 4min/h, vamos, vamos!!!”, “Venga que la meta está cerca”, “Vamos un esfuerzo más”…

Debes aguantar al máximo, pero como realmente no hay una meta, llega un momento que tu cabeza dice hasta aquí, saltas, abres las piernas y esperas la detención de la cinta.
Te toman la tensión, según terminas y te dejan caminando unos minutos.

8.       VUELTA A LA CALMA
Unos minutos después te vuelven a tomar la tensión y comienzan a retirarte todo el cableado. Y mientras estiras te hacen una primera valoración de todo lo analizado mientras corrías en la cinta, incluida tú técnica de carrera.

Te abren unos vestuarios donde puedes ducharte, tranquilamente y posteriormente tienes de nuevo a los médicos en la consulta, por si tienes que preguntarles algo.

Unos días después de la prueba, te envían todos los resultados a tu domicilio por correo ordinario, el informe es muy completo, porque te explica cada una de las partes realizadas. Conoces tu umbral aeróbico y anaeróbico, tu consumo de oxígeno, sabes cuál es tu frecuencia cardíaca máxima y te dan unas recomendaciones de cómo deben tus entrenamientos a partir de ahora, dónde y cómo puedes mejorar, qué debes hacer para hacer desaparecer o paliar esos dolores que nos acompañan.  Todo acompañado de un certificado médico, firmado por los dos doctores que te tratan.

En definitiva, una satisfacción plena, más aún cuando te dicen que estás sano, para realizar el deporte que realizas.

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