lunes, 22 de agosto de 2016

Nuestra visita a Londres



La capital inglesa, quizás no sea la ciudad más bonita que he visitado, esa mezcla de edificios clásicos con otros totalmente nuevos nunca me ha gustado, pero siempre encuentro algo que me sorprende, no sé si serán sus parques, pasear junto al Támesis, su gente o un poquito de todo, pero una visita a Londres siempre merece la pena.


La zona de Westminster, con el carismático Big Ben, la abadía de Westminster con su claustro y el London Eye, un reclamo turístico como pocos, con unas colas brutales por menos de 30 minutos en una noria, desde la que es cierto contemplas la inmensidad de Londres por cualquiera de sus costados.


 
 
Picadilly Circus y Trafalgar Square es el centro de la ciudad, la de cantidad de gente que había en estos días de Agosto, que maravilla cenar por sus alrededores, acercarte por el singular Soho, adentrarte en el barrio chino, contemplar la cantidad de teatros y la luz de sus edificios por la noche, Leicester Square, comer en el Covent Garden, entrar dentro del paraíso de m&ms.


Como ya hice con Irene en mi visita a Edimburgo, contratamos un Tour gratuito por la ciudad, en el que cuando terminas pagas la voluntad, fue una experiencia realmente fabulosa, descubriendo muchos secretos de la ciudad y anécdotas en un paseo de algo más de dos horas, desde la catedral St.Paul hasta el Tower Bridge. http://londres.toursgratis.com/tour-gratis/tour-gratis-por-londres

 
De entre todas las visitas de la ciudad, la que más me gusta es la de la catedral St. Paul, en especial la subida por la torre, recorrer toda su cúpula y llegar a lo más alto, donde encuentras unas vistas de la ciudad realmente únicas.



 
La visita a Tower Hill, es otra de las visitas más habituales en Londres, allí están custodiadas las joyas de la corona, pero lo que más me gusta es sentir ese espíritu medieval dentro de la gran ciudad.
Otro clásico de Londres es asistir al cambio de guardia del Buckingham Palace, una ceremonia larga, multitudinaria, sin demasiado ritmo, en la que apenas puedes ver nada y que si alguna vez vienes a Londres, te la puedes ahorrar y disfrutar de otras zonas, o de sus museos que aquí son gratis.

  

Si en algo destaca Londres, son por sus parques, unos verdaderos pulmones dentro de la ciudad, en Hyde Park, revivimos “verano azul”, alquilando unas bicis y recorriendo todo el parque, llegando a los bellos jardines del Palacio de Kensington. Y al lado del palacio de Buckinham Palace, St. James Park, mucho más interesante un paseo alrededor de su lago que el cambio de guardia.



En fin, unos días inolvidables, junto a mi hermana, sobrinos y cuñado, por una ciudad magnífica, cosmopolita, que recorrimos todo lo que pudimos y más.

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