sábado, 19 de marzo de 2022

Primavera que no llega


Ha sido un invierno largo, no ha habido otra Filomena, pero a cambio ha venido Celia trayendo arena del desierto, tiñendo el cielo de rojo y poniendo todo patas arriba. Sin salir de la pandemia y sus mascarillas,  hemos visto como comenzaba una guerra en nuestro continente. Y mientras la luz y la gasolina se ponían a unos precios desorbitados y el run run de los problemas de abastecimiento de productos esenciales vuelve a sonar en nuestro día a día. 

No pintan nada bien las cosas.  Si bien hay que pensar recordar en todas esas cosas buenas que también ha tenido este invierno en donde hemos pasado grandes días en familia:

Celebrando mi 38 cumpleaños...


En el cumple de Miriam, madre mia ya 26 años.


De teatro por Madrid, para echarnos unas risas.


Dando saltos en Getafe, en un sitio fantástico tanto para niños como para los que ya no lo somos tanto, muy recomendable ir a Pokkido.



Con los 82 años de mi madre y los 81 de mi padre.



Y sobre todo visitando la población de Tembleque, donde vivieron mis padres tras casarse, paseando por lo que queda de su casa cerca de la estación de tren, donde mi padre trabajaba.





La verdad, que el Covid y la caída de mi padre, nos ha enseñado que tenemos que disfrutar al máximo con ellos.

Además de los planes familiares, pasé un fabuloso fin de semana en El Escorial, donde nos hicimos miles de fotos, en su palacio, comimos de maravilla y también pudimos conocer el Valle de los Caídos.






Y por supuesto han habido muchas carreras, entrenamientos y grandes momentos con mi Club de Atletismo.






La verdad no ha sido mi mejor invierno, por unas cosas u otras, pero como siempre digo hay que quedarse con las cosas buenas y la verdad han habido muchos momentos que recordar.


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