sábado, 26 de julio de 2025

Las despedidas de mi boda



Ahora que ya vuelvo a tener un poco más de tiempo sin tanto que preparar de la boda quiero hacer un repaso por las despedidas de soltero que he tenido de camino a la boda.

Ninguna ha sido de beber como si no hubiera un fin, ni de meterme en un tren sin saber el destino, ni irme a un local de streptease ni nada de eso, pero han sido tres despedidas todas especiales y que me hacen ver la suerte que tengo de tener gente cerca que dedica su tiempo a prepararte estas cosas.

Empecemos por la primera, como a mitad de marzo una mañana de sábado mi hermano me secuestró en mi casa, fuera me estaban esperando los Runners, mi cuñado, José Luis y Jesús, rumbo a la garena donde se juntaron más amigos,allí estaban mis amigos de siempre, familia y alguno de los amigos que el deporte me ha permitido conocer, cosa que ya es de valorar porque muchos no se conocían entre si, pero allí estaban rumbo a Madrid, en un tren en el que me hicieron disfrazarme con un velo y una camiseta que me hacía recordar que mi época de control absoluto de mi vida pasaba a otra fase jejejeje.




En Madrid tras comer y beber como si no hubiera fin, me metieron en un teatro llamado "El cable Rojo", donde tuve la suerte que viendo que estábamos de despedida de soltero los actores me improvisaran y dedicarán está canción, que ya sería la melodía del resto de la despedida.



Tras pasear por Madrid, yo siempre con mi peculiar atuendo volvimos a Alcalá donde los amigos que no se habían podido sumar hasta entonces vinieron al menos a cenar. 

Acabando por los bares de Azuqueca.



La siguiente despedida, la prepararon mis compañeros de trabajo, que un viernes y desde la oficina me hicieron disfrazarme de Spiderman, comer por el parque empresarial así antes de ponernos rumbo a una casita rural en Albalate de Zorita, que estaba súper bien equipada con futbolín, billar, dardos, que sumado al alcohol y la comida que llevaron mis compis, hizo que pasáramos un finde chulísimo, con una ruta de senderismo por el embalse de Buendía que esté año que hay bien de agua fue muy bonito.





Para acabar la terna, también hubo despedida en familia, en una casita rural en un pueblecito de Álava. Que además al ser puente en Madrid nos permitió a Irene y a mí, ir un par de días antes para que mi futura por aquel entonces pudiera conocer Vitoria, con su precioso casco antiguo, los murales y una experiencia en unos baños árabes que nos gustó bastante.




Ya con toda la familia, al margen de disfrutar todos juntos, ver Eurovisión, comer, beber, jugar. Fuimos un día a hacer la ruta del Salto de Nervión y otro a conocer las salinas de ... Fue un finde en familia maravilloso que realmente deberíamos proponernos intentar cuadrar más veces que este año ha sido por la excusa de la boda, pero siempre es buena excusa para juntarse.




En fin, tres despedidas, con mi gente, qué suerte tenerles.




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