domingo, 19 de octubre de 2014

Molina de Aragón Señora del Señorío



Mi periplo por los pueblos de Guadalajara me ha traído este fin de semana a Molina de Aragón, donde se celebraba una nueva prueba del circuito de atletismo de la diputación provincial. Dado que el viaje es de una hora y media, decidí irme con Irene a pasar el fin de semana para conocer la zona, ya que aunque de pequeño había jugado alguna vez allí, nunca la había visitado.
A priori, un fin de semana en Octubre y en Molina de Aragón se preveía con mucho frio, pero todo lo contrario, la climatología ha sido envidiable y hemos podido disfrutar del otoño en mangas de camisa.

El alojamiento elegido para pasar nuestra estancia ha sido el Hotel Rural Molino del Batán, una preciosa casita, situada en un idílico lugar, junto a un rio que cruzaba el propio paraje del hotel, con un puentecito, una fuente y una amplia zona, donde se presupone albergan acontecimientos de alto calado. Las habitaciones con paredes en piedra, ducha de hidromasaje, nos hacían presagiar que no sacaríamos el máximo partido al lugar con todas las cosas que queríamos ver.
 
En el pueblo, se concentran una gran cantidad de iglesias, casas palacio, calles empedradas y bastantes restaurantes que viven del turismo y así lo reflejan sus precios de menú del día. En la parte superior de la población y junto a la carretera N-211 a la que llegas a Molina, el majestuoso castillo.

Muy cerquita de Molina nos recomendaron visitar el Barranco de la Hoz, que se encuentra a 11km y donde te introduces en un bello paisaje, en el que se palpaba el colorido cambio de la flora caduca del otoño, en una paraje en el que se mezcla el cauce del Rio Gallo, con un impresionante barranco, en el que se haya una pequeña ermita, conocida como la Virgen de la Hoz, el lugar bien merece una visita y desde allí puedes hacer varias rutas de senderismo.

La tarde del sábado la pasamos paseando por todo el casco viejo de Molina, el Puente Viejo, la plaza de los tres palacios, la Plaza de España, que alberga en una esquinita el Ayuntamiento, la Plaza de San Pedro, la calle de las tiendas, en definitiva un conjunto de rinconcitos, muy cercanos unos de otros, que nos causaron muy buen impresión.

Para cenar dimos con un sitio llamado Bar Caribe, en donde nos metimos entre pecho y espalda unas pizzas artesanas riquísimas, en donde parece la gente se junta en el pueblo para ver el fútbol, dado el gran número de pantallas que habían.

Y ya el Domingo, la carrera, un diez mil, que discurría en su totalidad por caminos, con unas rampas de órdago, con un constante subir a bajar que no te permitía en ningún momento coger ritmo, lo que siempre se conoce como un circuito rompe piernas, salí comedido, junto a Jaime, poco a poco fuimos pasando a gente, pero no me sentía fresco, aún si los kilómetros iban pasando con buenos tiempos, pero un cambio de Jaime en el kilometro 8, me hizo pensar que aún siguiéndolo, me ganaría con su final y fui en tierra de nadie hasta la meta, en un carrera en la que no acabé contento, aunque ahora más reposado, viendo el perfil, la clasificación y el ritmo por kilometro puedo estar contento.

La organización increíble, de las mejores de la diputación, de verdad, con un recorrido muy bien señalizado, me hubiese gustado más quizás un recorrido por caminos cercanos al castillo, aunque quizás también hubiesen sido más duros, pero de verdad la organización magnífica, lástima que no hayan atraído a tantos corredores como otras carreras de la diputación. Y luego los momentos comiendo con los villanos, como siempre increíbles, somos una gran familia y eso se nota allá donde vamos.

En definitiva, otro fin de más en los que he podido congeniar turismo con deporte, dos de mis pasiones, con buena compañía, buena comida, buen clima, qué más puedo pedir!!!

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