Era Marzo de 2010, me acababa de
cambiar de curro, tenía 26 años, estaba estrenando coche nuevo, tenía
estabilidad sentimental y de nuevo me lesioné de gravedad, otra vez tenía que
convivir con una escayola en mí brazo izquierdo para una larga temporada, fue
entonces, cuando se dieron las circunstancias para comenzar a mirar cual quería
que fuese mi casa.
No tardé mucho en decidirme,
quería una casa con una gran terraza y entre las promociones que estaban en
Azuqueca, vi todos los bajos y áticos, pedí consejo a los míos, hice números y
dije adelante, quiero está casa.
Las obras se retrasaron mucho,
más de un año, pero como la promotora no nos pidió dinero hasta que no
empezaran, ese tiempo me sirvió para ahorrar, para que la ilusión creciera,
para ir un día y ver toda la parcela vallada, ir otro y ver cómo estban allanando
el terreno y recuerdo el día que vi como empezaban a hacer el agujero.
Desde entonces han sido muchos
los paseos, intentos de colocarme, mediciones desde la calle, muchos sueños,
muchas fotos de esa esquinita que cada día que iba la veía más como me
imaginaba. Las cosas han cambiado en mi vida, pero esta ilusión sigue intacta,
porque ves como algo por lo que has luchado durante mucho tiempo, algo que te
ha dado fuerzas en esos días que estaba un poco más de bajón, está cada vez un
poco más cerca.
La primera vez que pude entrar en
la casa, lo recuerdo como uno de los días más felices de los últimos tiempos,
era increíble sentir que estaba dentro, que estaba pisando mi casa y desde
entonces me he dejado caer periódicamente, viendo como pintan, como ponen las
puertas, los armarios, la tarima, los rodapiés, cada día era algo nuevo, cada
vez el sueño estaba más cerca.
Ahora las obras ya han acabado,
he conseguido que el banco me de unas condiciones excelentes de hipoteca para
los tiempos que corren y más comprando solo. Lo que me provoca sentirme
orgulloso, de lo que soy, de lo que tengo, de que los esfuerzos tienen
recompensa.
Sólo me queda esperar a que los últimos
trámites se lleven a cabo y por fin podré ver cumplido un sueño, porque los
sueños se pueden hacer realidad.
Enhorabuena David. Jorge González.
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